- martes 03 de septiembre de 2024 - 12:00 AM
Muchas preguntas... pocas respuestas
Cada mañana, desde muy temprano, miles de hombres y mujeres recorren las calles en bullicioso torbellino, buscando optimistas aquello que para sobrevivir, ayer no encontró. No hay tiempo para muchos saludos ni pláticas estériles, porque todos quieren sumar...sumar. Y todos saben que “la calles está dura”, y que para poner la paila tienen que batallar duro. ¿Por qué la sobrevivencia se les hace tan difícil?
Por supuesto que les sobra el entusiasmo, porque hay compromisos que cumplir, pero poco puede hacer para evitar que la luz y el agua se vayan; que el transporte se fluido, que es insuperable el ambiente de temor que se vive en las calles, y lo peor, que el que trabaja ese día puede quedar cesante.
¿A quién responsabilizar o a quién le exigimos soluciones? El covid ya no cuenta. Los que perdieron las elecciones, le dirán que son los gobernantes, y estos se escurrirán el bulto los señalando a los políticos del gobierno saliente, y habrán quienes señalen las causas en las tensiones geopolíticas.
En medio de esa “pasadera de bola”, las deudas le seguirán aumentando a las personas, la comida va hacia arriba y los salarios se estancan; entonces ¿qué hacer?
Toca esperar que se dé la reactivación económica, movimiento que tal como nos lo pintan, pareceré más bien la obra de la deidad. Aun cuando los expertos intenten ofrecernos un panorama alentador, se percibe que la pobreza aumenta día a día. Aquel abogado independiente, o el taxista mira cómo el dinero le huye, y si muy pronto algo no sucede, ambos ingresarán al bolsón de los menesterosos.
Las mayorías sienten que injustamente están pagando muy caro, por culpas y vergüenzas ajenas. No se justifica que aumenten las listas de los funcionarios involucrados en escándalos de corrupción, y la mayoría de estos caminen por las calles como si nada hubiera pasado. De parte de las autoridades, no puede ni debe haber contemplación para quien se apoderó de dineros públicos, que le encargaron administrar.
Los panameños estamos dispuestos a cualquier sacrificio, siempre que las autoridades ofrezcan certeza de que las leyes se cumplirán en el interés nacional.
Jubilado