- miércoles 13 de julio de 2016 - 12:00 AM
Minorías y democracia
Puedo decir orgulloso que después de la invasión estadounidense de 1989, el PRD marcó el rumbo de la democratización de los partidos políticos en el país. La primera y más importante acción para garantizarnos que la mayoría de las bases de nuestro partido iban a ser las que decidieran el futuro del PRD fue establecer en el Estatuto las elecciones primarias obligatorias para elegir al candidato a presidente. Lo hicimos, incluso, antes que el Tribunal Electoral lo propusiera como obligatorio en un proyecto de Código Electoral. Para entonces, los que tomaban este tipo de decisiones en los partidos era cúpulas pequeñas, casi siempre a espaldas de la mayoría de sus membresías.
La democratización interna de los partidos es uno de los legados más importantes que el partido de Omar le deja a la clase política actual. Es por eso que hoy en día me cuesta mucho asimilar que se propongan fórmulas diferentes a la democrática para escoger a la máxima dirigencia del PRD, que es el Comité Ejecutivo Nacional (CEN). La esencia de la democracia es que las mayorías mandan. No se puede ser demócrata y pretender escoger al CEN en un acuerdo de recámara, a espaldas de las bases del partido. El liderazgo político se gana estando con la gente y se consolida cuando recibes el apoyo de los votantes, ya sea en una elección interna o general. Querer ocupar un cargo de elección mediante acuerdos tras bastidores es un reconocimiento tácito de falta de liderazgo político.
Hay quienes sostienen que la unidad del partido se logra con un acuerdo para que los cargos del CEN se ocupen con personas que representen las diferentes corrientes del partido.
Creo firmemente en que hay que escuchar a todas las corrientes, además considero que todos y todas tienen derecho a aspirar a dirigir el PRD, pero eso no es lo mismo que colocar a una persona que no goza del respaldo de la mayoría en un cargo de dirección política. Hacer esto sería ir en contra de los principios democráticos que el PRD le ha enseñado a la clase política. La unanimidad de criterio es una quimera en un partido político, porque cada quién tiene ideas propias y diferentes a los demás, por lo cual la democracia, es decir las mayorías tomando decisiones, es la única vía posible para la convivencia civilizada en una organización política.
Presidente del PRD
==========
Creo firmemente en que hay que escuchar a todas las corrientes...