La lucha por la desigualdad es eliminar la sexta frontera

Ante las desigualdades sociales que cada día se hacen más notables en el mundo y Panamá no escapa de ello, ningún sistema debe entregar la soberanía nacional a empresas transnacionales y por ende a las naciones que ellos representan.

Hay que evitar el empobrecimiento en las áreas rurales donde los productores y los agricultores ven mermadas sus ganancias.

El cambio principal de la globalización es la mayor movilidad de capital y el crecimiento de mercados financieros mundiales, e inestables que cuando sufren una caída pueden tener consecuencias devastadoras.

Es importante señalar que una de las consecuencias del colapso de los mercados financieros, es que los países industrializados y por ende sus ciudadanos, deben sufragar operaciones de bancos internacionales y élites adineradas em países definidos hasta hace muy poco en lo que se considera en el mundo financiero como ‘tigres y milagros económicos'.

Podemos asegurar que la crisis en América Latina es sintomática de un proceso de cómo no tiene dimensiones sociales ni un marco solido que lo regule, es fundamentalmente inestable y crea un grave riesgo de especulación financiera que resulta una ruina, con un agregado de serias consecuencias sociales y políticas a escala mundial.

Hoy por hoy, es más vigente que nunca lo que planteo Marx, cuando proyecto una sociedad ‘sin explotadores ni explotados', ya que precisamente los trabajadores de América Latina han visto caer los salarios y están viviendo las peores condiciones laborales. Nuestra escaza riqueza apenas alcanza para satisfacer un mínimo de necesidades inmensas de una población regional que crece rápidamente.

Es imperante luchar por un mercado más socialista, evitar la explotación del hombre por el hombre, con sus secuelas de vicios de corrupción, injusticias y egoísmo que aparta a los hombres de todo sentimiento de solidaridad humana. Valga recordar lo que dice el filosofo ‘El hombre es el lobo del hombre'.

PERIODISTA, ESCRITOR Y DOCENTE DE PERIODISMO DE LA UP