• sábado 11 de mayo de 2024 - 12:00 AM

Los guayacanes: un mar de color

La floración anual de los guayacanes tiñe de amarillo el horizonte de la capital panameña, contrarrestando la grisura causada por la contaminación ambiental, ofreciendo un espectáculo visual único y marcando el fin del verano.

Los guayacanes aunque no son nativos de Panamá, es un fenómeno que transforma el paisaje de la capital, especialmente en los bosques cercanos al canal interoceánico, donde los árboles alcanzan su máxima madurez a los 40-50 años.

Este acontecimiento natural no solo embellece la ciudad, sino que también sirve como indicador del cambio de estación, anticipando la llegada de las lluvias. La mayoría de los guayacanes florecen de manera sincronizada, algunos factores climáticos pueden alterar este proceso.

Además de la capital, se encuentran en diversas regiones del país, como Colón, Chiriquí y Darién. Aunque no se tiene un número exacto de árboles en la ciudad, se están realizando esfuerzos para plantar más ejemplares en áreas urbanas clave.

La madera de guayacán es altamente valorada y se utiliza en una variedad de aplicaciones, desde la construcción de barcos hasta muebles y estructuras de vivienda. Sin embargo, debido a la amenaza de sobreexplotación, el guayacán está protegido por legislación nacional desde el 2016 y pronto recibirá protección internacional bajo la Convención Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).

La floración de los guayacanes no solo es un espectáculo visual impresionante, sino también un recordatorio de la importancia de conservar y proteger la biodiversidad de Panamá y su entorno natural.

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