• jueves 26 de octubre de 2023 - 2:30 PM

Un llamado a los ciudadanos a hacer oír su voz

Si bien el derecho a protestar es sagrado, debemos ser conscientes del riesgo de la violencia

Desde la esquina de nuestras calles hasta las redes sociales, no podemos negar que en Panamá se respira un aire de inquietud. Las recientes manifestaciones y la discusión en torno al contrato minero han movilizado a una sociedad que se niega a quedarse en silencio. Sin embargo, es esencial que, en medio de nuestro descontento, recordemos que la manifestación pacífica es nuestra mayor herramienta para el cambio.

La protesta como derecho: En una democracia sana, la protesta pacífica es un derecho fundamental. Permite a los ciudadanos expresar sus preocupaciones y descontento con las políticas gubernamentales, los acuerdos comerciales y otras cuestiones de interés público. Es una válvula de escape necesaria para canalizar el descontento y presionar por un cambio positivo.

El riesgo de la violencia: Si bien el derecho a protestar es sagrado, debemos ser conscientes del riesgo de la violencia. La destrucción y el caos no son caminos para el cambio positivo, sino que desvían la atención de los problemas reales y pueden socavar la legitimidad de las protestas. Es vital que rechacemos la violencia y nos apeguemos a la no agresión.

El poder de la persistencia: La historia nos ha enseñado que la persistencia es la clave del cambio. Las protestas pacíficas no siempre dan resultados inmediatos, pero la continuidad de la lucha puede inclinar la balanza hacia la justicia y la equidad.

Por nuestra soberanía, por nuestra democracia, por nuestro Panamá. Salgamos a protestar.

comments powered by Disqus