• miércoles 28 de agosto de 2024 - 11:00 PM

Liderazgo: una visión objetiva (parte 1)

El 10 de septiembre de 2005, bajo el mismo título, publicamos este artículo digno de releer, ligeramente editado y analizarlo.

Algunos gurús enumeran diferentes características en las personas capaces de liderar grupos, tales como: visión, integridad, confianza, osadía, sinergia, compromiso, perspicacia, solidaridad, presencia, respeto al futuro, atención al presente y comprensión del pasado.

Algunos lo definen como un “arte”, es decir, el “arte de liderar”. ¿Qué significa ello? Los líderes, generalmente, sin proponérselo, conquistan de sus amigos, vecinos, comunidad, compañeros de trabajo o colaboradores entusiasmo, lealtad, iniciativa y entrega.

Es evidente la inexistencia de liderazgo en muchas organizaciones, de la cual no escapa la principal, la administración pública, pero también la privada; todo parece indicar que la carencia de líderes es más producto de situaciones económicas y culturales que de índole social, sin embargo, es allí donde se refleja.

Muchos jerarcas están convencidos de que liderar es simplemente impartir órdenes... instrucciones. Se impongan con energía y autoridad. El liderazgo es algo más que eso. Es compartir, comunicarse en los mismos niveles, aceptación de las capacidades, en consecuencia, nos lleva a cuatros variables principales que generalmente se realizan sin pensarlo ni someterse.

Otro factor a considerar es “dirigir”; se refiere a guiar, conducir, compartir de manera tal que perfeccionando la capacitación, orientación y educación, sean capaces de desarrollar un sentido humanista, de comprensión y cooperación grupal.

Es decir, desarrollan verdaderos equipos de trabajo, equipos autosuficientes, con elevados niveles de competencia y comprensión, logrando la excelencia. Los líderes contribuyen a la formación de agentes de cambio.

Los auténticos líderes prevén su relevo, comprenden la importancia de captar dirigentes innatos y los preparan para que le sustituyan en su desempeño.

El líder enseña, orienta, conduce, mantiene una actitud carente de egoísmo, no oculta conocimientos o experiencias y permite a sus colaboradores lograr destacarse por sí mismos, promueve su progreso y lo disfruta. Ello, generalmente, lo lleva a perder a sus mejores unidades, porque les enseña a volar por sí mismo. Dios te salve, Panamá.”

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