Sin titubeos y de manera contundente, el presidente de la República expresó ante los asistentes a la Asamblea anual de las Naciones Unidas, la posición de Panamá en lo referente a las listas de la OCDE, GAFI, etc, que tanto daño hacen a nuestro país.
Ante el grave descenso de nuestra identidad nacional y, también, de nuestra averiada personalidad internacional como Estado miembro de la sociedad internacional, nos toca a todos los ciudadanos panameños asumir nuestro papel en defensa del tan vilipendiado nombre de Panamá.
Acaba apenas de finalizar un periodo presidencial que estuvo bajo control de una verdadera empresa criminal conjunta, tal como lo revelan los diversos escándalos de corrupción que navegan alegremente en la impunidad, gracias a la complicidad del Ministerio Público y la Contraloría, entre otros.
Sin embargo, debemos constatar con tristeza y con preocupación, cómo la partidocracia ha ido minando y eliminando la generosidad y la grandeza de la política con el bajo propósito de impedir la convivencia humana y, por ende, pacífica, que requiere nuestra sociedad,
La ineptitud, la ineficacia, la incapacidad que han demostrado la mayoría de los que han gobernado, han colocado a nuestra población en un mar de desigualdades hasta llevarnos a ser el cuarto país del mundo en desigualdad y distribución de la riqueza.
Ello hace obligatorio para que -cuanto antes -, aunemos esfuerzos para salir de las otras listas que, también, hacen un daño a la necesaria convivencia pacífica a la que tenemos todos derecho. Esas listas, presentes cotidianamente en el acontecer, son las listas del desempleo, de la falta de viviendas, de mejor educación, de los precios de la comida. Listas que no redundan en beneficio de nuestra población y de una mejor y merecida calidad de vida.
La tarea de todos nosotros es, también, contribuir con nuestros esfuerzos cívicos para salir de esas listas que golpean la dignidad y que nos impiden ser ciudadanos.