La paradoja de los promotores de la lectura

La lectura, en su promoción y en su práctica, debe ser impartida con humildad y respeto. Respecto al incipiente lector
  • jueves 25 de septiembre de 2025 - 12:00 AM

¿Alguna vez has conocido a alguien que presume de lo que lee provocando un rechazo inmediato?

Aunque la lectura está pensada como una herramienta para la empatía y la conexión, a veces se convierte en una barrera social. Quien lee adquiere una serie de herramientas que lo benefician tanto a nivel personal como intelectual.

Sin embargo, cuando queremos compartir este impacto con otras personas, podemos encontrarnos con un muro. Hay quienes en su afán por acercar a los demás a los libros, terminan por alejarlos, adoptando una postura de superioridad. lo digo por observación y experiencia.

La lectura debe transmitirse con entusiasmo. No podemos obligar a nadie a leer algo que no le agrada, porque lo terminará rechazando. La lectura estimula la mente y, en muchos casos, es fuente de felicidad, y a nadie se le obliga a ser feliz (Borges).

Es importante que nos preguntemos cómo estamos ayudando a que otros lean, ya sea desde las aulas o desde el hogar. Quienes se dedican a la promoción de la lectura y la cultura en sus países deben reflexionar sobre su método. ¿Cómo se puede conectar realmente con la gente? Debemos buscar acercarnos, no alejarnos.

Algunos promotores se centran en la juventud, otros en los adultos; los padres y madres son los que educan con el ejemplo. Un lector a menudo adquiere el hábito de manera natural porque lo vio en casa.

La lectura, en su promoción y en su práctica, debe ser impartida con humildad y respeto. Respecto al incipiente lector; sería fantástico, que en la medida que se vaya leyendo se irá mejorando y adquiriendo un criterio propio y así se podrá disfrutar espacios de soledad o compañía.

Abogada, mediadora y coach