La semana pasada y esta que está por terminar, estuvo cargada de mucha tensión y agitación social, primero por la llegada al país de Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos, quien venía con un recado de su jefe, y segundo, por el mensaje que podría traer.
El recibimiento que le dio el presidente José Raúl Mulino estuvo a la altura respetando la cortesía y la diplomacia que debe caracterizar a un jefe de gobierno.
Luego de culminada la reunión, se hizo un anuncio a la nación sobre los aspectos abordados más relevantes. El mandatario panameño expresó algunas consideraciones sobre los temas de la agenda en forma bilateral.
Un momento incómodo se vivió cuando luego del recibimiento respetuoso del jefe de gobierno panameño, y fue cuando el secretario de Estado expresará una serie de afirmaciones groseras e irrespetuosas basadas en mentiras para pretender con ello, desacreditar y atemorizar a los panameños, con quienes manejan el Canal.
Lo cierto es que Donald Trump y su gobierno desde su llegada al poder el 20 de enero de 2025, ha iniciado una ofensiva de ataques contra todo aquello de lo que se quiera apropiar, sin respetar soberanía, normas constitucionales, tratados internacionales, etc.
Tejiendo a su paso una serie de especulaciones e informaciones inexactas, que han empañado la imagen de nuestro país a nivel internacional entorpeciendo con ello, que Panamá pueda reactivar la economía luego del desastre que fue el gobierno Cortizo.
Otro punto para destacar fue la información falsa difundida por la oficina de prensa de la Casa Blanca, en la cual se mencionaba que los barcos norteamericanos no pagarían peaje por el transito por el Canal. Información desmentida por la Autoridad del Canal de Panamá.
Finalmente, se hizo público que el viernes 7 de febrero de 2025 a las 3:30 p.m. hora de Panamá, se realizaría una conversación telefónica entre Trump y Mulino, para tocar algunos temas de interés para ambos países. Sin embargo, la misma fue cancelada por el presidente norteamericano.
El mensaje que nos deja la cancelación de una llamada programada es que el presidente Donald Trump, pretende manejar las relaciones internacionales a su manera, sin pensar por la soberbia y la arrogancia que lo caracteriza, que, si los países pequeños se agrupan con un fin común, puede enfrentar problemas serios tanto el gobierno como la sociedad norteamericana.
En menos de un mes, Trump a engrosado la lista de los países que lo detestan, y que están dispuesto a prescindir de los productos norteamericanos, impactando en su economía.