La ética publicitaria se basa en la comunicación pertinente y eficaz que una empresa o marca necesita transmitir a sus consumidores sobre sus productos. Esto significa ser honesto acerca de la verdadera calidad de los productos ofrecidos a los compradores.
El principio ético de la publicidad no admite el engaño al público consumidor. Cuando existe la falta de ética publicitaria, hay un gran problema porque si el público receptor llega a confiar plenamente en ellos creyendo que les están transmitiendo información veraz, pueden llegar a descartar la posibilidad de un engaño.
Una práctica que va en contra de los principios éticos es la publicidad engañosa utilizando falsas imágenes, testimonios que son inventados o cualquier forma de manipulación para convencer al consumidor.
En resumen, la ética juega un papel vital en la publicidad. Las marcas deben prestar atención a la autenticidad, evitar la publicidad engañosa, respetar el sentimiento del público y proteger la privacidad del consumidor.