Tenía casi 12 años cuando aquel verano de 1976 Carlos me dijo: “Sibila ahora que te mudaste a El Cangrejo te voy a nombrar la vigilante de la Cabeza de Einstein, vigila que no la pinten y que salga de la hierba como la creé “, así fue como me convertí en la vigilante de la escultura más icónica de Panamá, obra del escultor panameño más importante, Carlos Arboleda.
Concebida sin busto “porque Einstein era conocido por su cabeza”, debe salir de la hierba que la rodea y no de una base de cemento o mármol como algunos incultos han pedido; pocas veces he logrado esto sea así ya que a los jardineros les encanta recortar el pasto que crece a su alrededor. Ni hablar cuando fue vandalizada con grafitis en rojo o cuando la pintaron de verde.
Con la remodelación de vía Argentina se incluyó una plaza para que la Cabeza de Einstein formara parte de una nueva área de uso público; cuando en el 2018 logré que Carlos Arboleda que fuera declarado Hijo Meritorio por el alcalde Blandón, el mismo Maestro manifestó a todos los presentes lo contento que estaba por cómo había quedado.
Hoy está siendo restaurada. Estuve años recolectando información con miembros de la familia Arboleda, conversando con artistas y galeristas pidiendo sus recomendaciones ya que buscaba uno idóneo, así fue que contacté al Profesor Edgar Urriola, pupilo de Arboleda y a quien conocía de niña. Él hizo un estudio completo sobre las condiciones físicas de la Cabeza que presenté como proyecto para su restauración, contacté posibles donantes, pero el país estaba con lo de la pandemia y no se pudo hacer. Hoy me alegra que se retomara mi proyecto.
¡Espero que la Junta Comunal de Bella Vista invite a la familia del Maestro Arboleda a la re-inauguración ... y a mí también porque tienen mi teléfono!