No juguemos con el futuro de nuestro país

‘Dime algo y lo olvidaré, muéstrame algo y lo recordaré – hazme partícipe en algo y lo aprenderé'.

– Proverbio Chino

La gran falla de nuestro sistema educativo, y el de la mayoría de los países del mundo, es que es un sistema aburrido, no engancha a los educandos y para rematar, es poco práctico para las necesidades del mercado laboral del siglo XXI. La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿cómo hago partícipe a los jóvenes de su educación? ¡Jugando! Que es como se aprendió por milenios.

Nietzsche decía que ‘la madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño' en retrospectiva, yo detestaba las clase de matemáticas, pero por alguna razón me encantaba la tabla posiciones de la Liga Española, quién era el mayor anotador y cuántos goles promediaba por partido. ¡Qué pereza la poesía y su métrica! Pero sí me sabía todas las canciones de plena y reguetón de memoria, con sus versos oxítonos, paroxítonos y proparoxítonos. ¿Geografía? Pero sí sabía cómo era la bandera de cada país que había llegado al Mundial, cuál era su capital y cómo se llamaba el estadio nacional.

Educar no es informar, sino formar. Una vez empecemos a invertir en capital humano, en educar a nuestros maestros y profesores y pagarles como un educador de Primer Mundo, no solo en dinero, sino en prestigio social, lograremos atraer a los mejores a la docencia y conservaremos a todos los que ya ven su profesión como un apostolado. Así cambiaremos nuestro sistema educativo. Debemos sentar a las grandes mentes del sector político, del sector educación, empresa privada, grupos sindicales, padres de familia y demás organizaciones de la sociedad panameña, a crear un sistema de educación que vaya con nuestra cultura, que se sienta nuestro y sirva como modelo de consenso social exitoso para el mundo. La educación debe ser divertida, experiencial, moral y permanente.

No juguemos con el futuro de nuestro país.

*Patria Verde

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La gran falla de nuestro sistema educativo, y el de la mayoría de los países del mundo, es que es un sistema aburrido