Los hechos de sangre siguen tiñendo las calles. Los asesinatos se registran a plena luz del día y mueren personas que no tienen que ver con los hechos delictivos. Estos casos, aunados a la violencia doméstica que ha cobrado la vida de víctimas inocentes, como la señora de Arraiján que fue asesinada el Día de la Madre o la bebé que mataron a golpes en La Chorrera.
Noviembre de 2025 cerró con 46 muertes violentas, sin contar las personas que mueren en las calles, atropelladas por conductores que muchas veces conducen a más velocidad de la que es permitida en esas zonas.
La población viene reclamando más seguridad a los responsables de brindar este servicio.
La comunidad espera que los estamentos trabajen por la seguridad, que las acciones vayan más allá de pedir la cédula a un transeúnte en cualquier lugar. Que los que planifican desarrollen proyectos que generen un cambio de la sociedad, que los agentes estén concentrados en la labor y no en distracciones como la pantalla de los celulares.
Vivir en un país seguro depende de muchos actores y factores. Y en donde cada una de las partes redoble las acciones que vienen haciendo para que el nivel de seguridad, tanto de los nacionales como los que nos visitan, mejoren.