- miércoles 01 de junio de 2016 - 12:00 AM
Sin imputación, no hay extradición
Desde la semana pasada se viene hablando con mucha intensidad del pedido de extradición en contra de Ricardo Martinelli al Gobierno de los Estados Unidos, por parte de la Corte Suprema de Justicia. Frente a esta situación, creo que es obligante que se le hable claro al Pueblo y no se trate de manipular con fines políticos, una situación que es estrictamente jurídica. Hay que decirle, al país, que la demora de la Corte Suprema de Justicia, en solicitar, el pedido de extradición, obedeció al hecho cierto de que armaron políticamente un caso sin sustento jurídico, y se dieron cuenta que ese expediente ahora debía pasar el scanner de la justicia norteamericana.
No era fácil entonces, enviar el expediente en esas condiciones y mucho menos elaborar una solicitud, con deficiencia jurídico-procesal, como si se tratase de un caso de justicia policiva de los que se ventilan en los juzgados nocturnos al filo de la madrugada. La corredera en la oficina del Juez de Garantía, era evidente y duro 6 meses entre gritos, presiones, solicitudes de informes y horas extras de trabajo. Cientos de borradores y múltiples proyectos de solicitudes que eran releídos una y otra vez, hasta que al final se rubricó la que fue enviada a la Cancillería sin la Imputación.
Según nuestro Sistema Penal Acusatorio, la base de toda investigación Penal, es precisamente la Imputación de Cargos que no es otra cosa, que los fundamentos de hechos y su respectivos encuadramiento jurídico, que se le formulan a una persona y que desata el contradictorio e inicia propiamente el proceso penal.
Esto no está consignado en el presente proceso dado que la justicia panameña no pudo lograr, por ser un expediente amañado, la comparecencia del ex presidente, a los estrados. Así las cosas, lo primero que la justicia gringa va a examinar es si hay los cargos o no y de no haberlos, será muy difícil que se acceda a la Extradición.
¡Ya veremos!!!!
Analista y consultor
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La corredera en la oficina del Juez de Garantía, era evidente y duro 6 meses entre gritos, presiones, solicitudes de informes y horas extras de trabajo.