- sábado 02 de marzo de 2019 - 12:00 AM
Hola chamo
Los he visto en la calle vendiendo frutas, raspaos, frituras, tarjetas de celulares, devengando un salario informal en los supermercados o en la construcción, o atendiendo en bares y cantinas. Son los inmigrantes que han salido en busca de oportunidades, acosados por la crisis económica y política que azota a ese hermano país el cual guarda profundas raíces históricas en suelo istmeño desde los días de la independencia latinoamericana.
Por esta angosta cintura de tierra entre dos mares pasaron procedentes de Europa los pertrechos y tropas con las que el libertador Simón Bolívar derrotó al imperio español. Después de la victoria, frustrado ante el declive del sueño de una sola América Unida, ya en su lecho de muerte, Bolívar lanzó su triste y desoladora frase ‘he arado en el mar'.
La mayoría de estos migrantes son jóvenes solteros que por diversas razones salieron buscando las oportunidades que ofrece nuestra economía, que también ante el paso de foráneos que huyen de otras regiones del planeta, comienza a sentir desgaste. En la actualidad, las sucesivas oleadas de personas expatriadas que entran a suelo panameño proceden de países como Cuba, Dominicana, Colombia, Venezuela y la región centroamericana.
En el caso de los venezolanos entran a suelo panameño muchas veces sin seguir hacia el norte como otros migrantes. Aquí se establecen pasando sus tristezas y alegrías Al llegar a nuestro país, para algunos, la mayoría, el paraíso se les escapa de la mano y se torna en espejismo. Para nadie es fácil dejar el terruño donde nació y creció y echarse a andar hacia un mundo desconocido.
Enfrentada a la mayor crisis vivida en casi doscientos años después de la independencia suramericana, Venezuela es víctima de la lucha entre bloques de poder mundial atraídos por su inmensa riqueza mineral asentada en las profundidades de la Cuenca del Orinoco.
En las invasiones a naciones americanas, siempre hubo un común denominador, los Estados Unidos de Norteamérica, que hoy se enfrentan, agobiados por una crisis, a otras dos grandes economías en acelerado crecimiento, China y Rusia.
Cuando los principales protagonistas del conflicto se decidan por la guerra, con el ruido de los primeros cañonazos miles de personas saldrán en estampida y vendrán a buscar refugio en Panamá. No irán a Costa Rica, Nicaragua, Salvador, Guatemala y Honduras, sencillamente huirán hacia acá donde circula el dólar americano.
Periodista