- miércoles 29 de marzo de 2023 - 12:00 AM
¿Hacia dónde va la educación?
En nuestros tiempos cuando estábamos en los colegios y escuelas ya sea de la ciudad o el campo, era una regla de oro llegar a clase lo mejor arreglado posible aun cuando fuéramos humildes o pobrecitos porque tanto padre de familia, docentes y estudiantes concebimos que ese era un lugar de respeto y distinguido y no debíamos ir mangajos o en el peor de los casos no “presentables”. Amén, de ir con cortes extraños, aretes, tatuajes, uniformes distintos al autorizado o prendas y accesorios que no tenían nada que ver con la vestimenta.
En el orden al comportamiento, entendíamos que había una conexión entre la casa y la escuela de manera tal que nuestros profesores eran nuestros padres fuera del hogar y por tal motivo, era un sacrosanto deber RESPETARLOS, aun cuando no nos impartieran clases o no tuvieran las razones. En este último caso, el tema se trataba entre los padres y los profesores adecuadamente. Ahora los chicos y los Padres le “caen” encima al docente, los agreden física y verbalmente y en el peor de los casos los amenazan con “marcarlos” para que las bandas del área se encarguen. Así los buenos educadores con vocación, que son la mayoría en el Sistema, recurren a impartir conocimientos temerosos, sin respaldo de las autoridades y lo más seguro, es que, por esa misma causa, esto se vea reflejado en las calificaciones.
Frente a esta realidad, todos miramos para otro lado y en vez de establecer políticas públicas para proteger la “estrella”, al decir de este Gobierno, lo que se hace es profundizar más la crisis de valores que enfrentamos día a día. No sé si la población sabe, que, en este año se está implementado en los colegios nuevas instrucciones, relativas a “respetar” los derechos humanos y la libertad de expresión y comportamiento de los estudiantes, so pena de someter al docente a un proceso disciplinario que lo puede llevar a la pérdida de su cátedra, así como quedar inmerso en un proceso penal ante el Ministerio Público, si es que así se determine.
A partir del inicio del presente año escolar, el docente está limitado para corregir o llamarle la atención a un estudiante, que guarde un comportamiento directo o simulado, no adecuado dentro o fuera del salón de clase. Si lleva aretes, piercing, cortes raros y con letreros tallados, zapatos distintos, tonalidades de colores del uniforme, objetos que no sean apropiados en un salón de clase para un estudiante, etc., que ni se le ocurra al docente llamarle la atención, sacarlo o no dejarlo entrar al salón, porque lo más probable es que al siguiente día, estará enjuiciado y con los organismos de Derechos Humanos respirándole en la nuca. En los próximos días, entregaremos al país un análisis completo de esta situación realmente alarmante.
Analista polítIco