• viernes 04 de septiembre de 2020 - 12:00 AM

¿Hacer el bien sin mirar a quién?

Recuerdo el caso de una amiga a quien unos pelaítos de un barrio cercano a El Cangrejo

Hay personas expertas en fingir y abusan de la buena fe de almas caritativas que, con toda confianza, le brindan ayuda. Uff, conozco muchos casos y a mí también me han ‘tomado el pelo' varias veces.

Recuerdo el caso de una amiga a quien unos pelaítos de un barrio cercano a El Cangrejo le rompieron una ventana del carro para robarle. Como los agarraron infraganti fueron conducidos a la Sub Estación de la policía, donde ya eran bien cono cidos. Mi amiga, que es súper confiada y buena agente, decidió darles una oportunidad: les iba a dar una caja de camisetas que ella tenía. El trato era que ellos las iban a vender para pagarle el vidrio y la diferencia se las quedaban ellos como ganancia honrada. Suena bien, pero ella nunca recibió el dinero de la ventana, no volvió a ver las camisetas y los chiquillos siguieron robando a los residentes del barrio.

Todos conocemos los cuentos de los ‘enfermos' que llegan a las oficinas y comercios pidiendo dinero para las medicinas, ni hablar de aquellos que ‘acaban de salir del hospital' y necesitan dinero para regresar a su provincia. Una vez reconocí a uno que llegó a un local donde estaba de visita y le pregunté: ‘¿Pero Usted no salió del hospital la semana pasada? Años después me lo encontré con el mismo cuento.

Hay gente deshonesta que arma toda una trama para que los demás carguen con sus lujos o vicios, por eso uno debe ser muy cuidadoso a la hora de brindar ayuda pues hay gente que si lo necesita y está esperando que alguien les de la mano.

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