- viernes 01 de noviembre de 2024 - 12:00 AM
Gestión del cuidado de las personas mayores
Hablar sobre el cuidado genera diversas posturas que necesitan ser replanteadas para mejorar su gestión. Por ejemplo, asumir que la mujer es cuidadora por naturaleza, evita que los demás se involucren responsablemente en las múltiples y arduas labores del cuidado. De igual manera, creer que la persona mayor es un ser pasivo ante su propio cuidado, impide que contribuya a mejorar la forma en que se le proporcionan sus atenciones.
Sin importar el género ni la edad, todos podemos prepararnos para el cuidado de las personas mayores en nuestra familia. Es fundamental reconocer que el cuidado es un asunto de responsabilidad y solidaridad humana.
A pesar de la dependencia o fragilidad, los adultos y adultas mayores siguen siendo valiosas y merecedoras de apoyo de la más alta calidad en sus etapas vulnerables. Cuidar no sólo implica aprender técnicas para movilizar a la persona, alimentarla o asearla; también requiere una orientación integral que permita organizar la agenda diaria, gestionar recursos y decidir qué tareas delegar y a quiénes.
Además, es importante practicar el autocuidado para evitar el colapso físico y emocional que conlleva el cuidado del otro.A menudo se requiere el acompañamiento de un especialista que oriente a la familia. Es esencial comprender que esta etapa les exige asumir nuevos roles y cambios en la rutina del hogar.
Lo ideal sería planificar con anticipación, especialmente en los casos de enfermedades progresivas donde se pueden identificar las fases por las que pasará la persona mayor.
Gestionar el cuidado también es reconocer cuando no se cuenta con las condiciones adecuadas para ofrecer la atención que necesita la persona. En estos casos, considerar la ayuda de un profesional a domicilio, o trasladar al familiar a un centro de cuidados, es una opción saludable. En cualquier modalidad de cuidado, la historia de vida de la persona juega un papel fundamental. Quienes la conocen, deberán velar porque su entorno y la manera en que se le trate, reflejen sus gustos y preferencias.
Este enfoque mejora el bienestar de la persona y fortalece la relación con quienes le brindan atención y cuidados.Para que la gestión del cuidado sea efectiva, se requiere preparación técnica y hábitos de autocuidado, orientación de diversos profesionales, trabajo en equipo, actitud de servicio y empatía hacia la realidad de la persona mayor.