Gamonales políticos

La influencia de la Asamblea Nacional en los colectivos políticos vuelve a quedar de manifiesto, con la postulación de Jorge Herrera a la presidencia del Partido Panameñista.

Pero si en el colectivo fundado por Arnulfo Arias Madrid llueve, en el de Omar Torrijos no escampa, ya que el diputado Benicio Robinson rema a favor de la corriente que intenta impedir que Pedro Miguel González gane la secretaría general de PRD.

No es un secreto para nadie que la administración de los partidos políticos por parte de los diputados ha sido catastrófica, tanto por la cosmovisión de la idea política, como por las formas empleadas para acceder a las curules.

Se trata de un mal concebido desde su origen, debido a las formas constituidas para la elección de diputados por circuitos electorales, que hace que los mismos se conviertan en gamonales de un territorio, muchas veces anclado en el tiempo y por la desidia del centralismo capitalino.

Pensar que un territorio tan pequeño como Panamá tenga que administrarse por circuitos y no por provincias, genera un Estado ineficiente. La sola idea de administrar un país desde la capital, hace que dirigentes como Benicio Robinson y Jorge Herrera controlen sus jurisdicciones políticas como si se tratara de un monopolio, donde se administran los corregimientos, distritos y circuitos, a través de las juntas comunales y alcaldías, mediante el poder que otorga el control del primer órgano del Estado, mediante una curul.

La trampa siempre estuvo en la castración política de los gobernadores, ya que, al ser designados de a dedo por el presidente de la República, sus funciones quedaron reducidas en abrir las balotas de un ánfora metálica cuando el sorteo de la lotería se efectúa en sus respectivas provincias.

La corrupción es una consecuencia directa del desgaste del sistema político, por lo que, para combatirla se requiere de una transformación profunda del Estado, en donde cada región del país tenga autonomía propia y responsabilidad administrativa, con gobernadores electos, en lugar de curacas circuitales.

Periodista