• jueves 18 de agosto de 2022 - 12:00 AM

Fraguando panameños

Empezó en ese edificio con escalera de caracol donde funciona la Escuela Manuel José Hurtado

Es el aniversario 115 del Instituto Nacional. Empezó en ese edificio con escalera de caracol donde funciona la Escuela Manuel José Hurtado, en Plaza Amador, a unos metros del Cuartel de Bomberos de Santana. Dos años después, se inició la faena en esa edificación monumental de las cariátides de bronce.

Hoy es dueño de un prestigio centenario cimentado en el aprendizaje y en la lucha. Soy invitado de honor en esa celebración llena de emociones y de fuerza patria. Con una genuina y orgullosa artillería cultural, aupada por docentes inspiradores. Comparto silla al lado de la rectora, Rosana Casanova; el subdirector, Richard Dinger, y Edilia Camargo, filósofa y atleta homenajeada. Edilia promoción 1956.

Cavilo sobre la importancia del Instituto, cuando se recuerda el sentir de una de nuestras glorias nacionales, Reina Torres.

‘El Instituto Nacional no prepara fundamentalmente bachilleres, sino que prepara fundamentalmente panameños. Por eso es un privilegio ser

Institutor. Los aguiluchos lo somos para toda la vida, y quienes han sido institutores han tenido una vigencia que jamás termina', expuso hace 40 años. ‘El Instituto Nacional los hace ser panameños y este Monumento Histórico está hecho para la eternidad, por eso tienen que cuidarlo, custodiarlo y procurar

Que no decaiga su nivel', adicionó. Es un llamado que deben ejercer hoy profesores, administrativos y estudiantes de esa institución, que resuena historia y patriotismo. Y en cuyo éxito estamos comprometidos y obligados todos los panameños.

El recuerdo de Reina nos lo trae Enrique Castillo G., profesor e ingeniero, orador en representación de la promoción 1972, cincuentenaria y cuyos integrantes reciben un homenaje. Un minuto de silencio por Carlos Jones, abogado, y otros colegas de esa promoción ya fallecidos.

Expreso mi admiración y felicitación a la profesora Casanova, de Historia, a los demás directivos institutores y a los abnegados profesores que dirigieron las actuaciones en música, teatro, oratoria, declamación y danza (folclórica e indígena).

Una emoción nos invade cuando nos cobijamos bajo el Aula Máxima y nos contagiamos del sentimiento y mística de las palabras de Ricardo Miró, nuestro poeta, en el Himno del Instituto Nacional.

PROFESOR Y ACADÉMICO