• viernes 26 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

Extorsión y chantaje

Las redes sociales se han convertido en todo lo bueno y en todo lo malo. De la misma forma como se han constituido en una fuente inagotable de acceso a la información e interacción digital, también han sabido adentrarse en los más profundos espectros de la naturaleza humana, sobre todo desde la parte emocional.

El poder de información que ofrecen las redes sociales, también ha sido aprovechado por personas inescrupulosas para la intimidación y el chantaje, a través de la amenaza para causar daño reputacional a una persona, empresa u organización, buscando a cambio un beneficio indebido.

Cada vez se hace más frecuente en Panamá la extorsión digital, mediante la amenaza de divulgar información verdadera o falsa si no se paga dinero a cambio. La delgada línea que divide la libertad de expresión, pero sin nada que límite lo legal y lo ético.

La revolución digital ha ido desplazando a los medios de comunicación tradicionales, donde las redes sociales han reemplazando a los canales de televisión, a la radio y a la prensa escrita, de la labor que por décadas realizaban unilateralmente.

En tanto, las redes sociales elevaron el chisme callejero y el rumor a noticia, donde muchas personas aceptan como veraces cualquier información vertida desde el anonimato digital, por el simple hecho de recibir estas publicaciones de una cuenta de red social.

También existen algunos casos donde personas asumen la autoría de la información, lo que en principio las hace ver más serias, sin embargo, la presión de un ecosistema informativo diseñado para ser orgánico, hace que sea difícil la monetización, por lo que algunos optan por convertirse en mercenarios a sueldo, al servicio de quién ponga el dinero para afectar la imagen ajena o sembrar noticias.

Por último, los más detestables, los que salen a chantajear deliberadamente y contactan a sus víctimas para amenazarlos de que, si no les pagan determinada cantidad de dinero, serán objeto de daños reputacionales, económicos, judiciales, profesionales, morales e incluso a la familia.