- miércoles 09 de mayo de 2018 - 12:00 AM
Evitemos una anarquía social
En los últimos meses se han experimentado crisis que van desde la falta de agua potable, la inseguridad, el abandono al sector agropecuario, la falta de credibilidad de la justicia, hasta la falta de empleo, por mencionar algunos temas, que pueden generar, sin duda, una eminente anarquía social.
En la sociedad panameña existe una serie de fenómenos que cada vez más se presentan con profundas características de convertirse en crónicos problemas socio-patológicos y que requieren de una decisión eficaz y así evitar que el país llegue a una anarquía que estremezca los cimientos de nuestra nación.
Sin pretender que nos califiquen de ‘alarmistas', así lo demuestran las estadísticas planteadas par economistas y organismos vinculados con el estudio de la lucha de clases de nuestro colectivo.
Se ha determinado que un 25% de panameños viven condenados al estatus de extrema pobreza, lejos de una alimentación.
Apenas mínimamente adecuada y que como consecuencia lógica de la misma constituyen el elemento vital en la que se acrecientan las enfermedades que golpean la sociedad de un vasto sector del conglomerado social.
De nada vale la atinada inversión que hace el gobierno nacional en educación con el incremento presupuestario anual, sino cumplimos con una misión y visión de una educación moderna y de avanzada. Estamos a tiempo de corregir esta situación con empeño, voluntad y pro actividad.
Los gremios magisteriales se han convertido en una especie de ‘chantajistas', de los gobiernos de turno, ya que no aportan conocimientos, únicamente se organizan para pedir dinero.
El incremento de la delincuencia que registran todos los medios de comunicación social, debe llamarnos a la más profunda reflexión y toma de decisiones en torno a esta crisis.
La responsabilidad del estado bienestar no solo es del gobierno, sino de todos los sectores incluyendo organizaciones, políticas, cívicas, religiosas y empresariales que unidos con un solo haz de voluntades unamos criterios con un alto sentido patriótico porque el país es de todos.
Ese debe ser el camino a seguir tanto en función de política de Estado como de los sectores sociales que integran nuestra nación.
Los países hermanos centroamericanos que han experimentado estas crisis sociales crónicas han hecho revoluciones sociales como vía de soluciones inmediatas.
Periodista y profesor de periodismo UP