• viernes 27 de mayo de 2016 - 12:00 AM

La Estrella y El Siglo

Bien o mal, tanto La Estrella de Panamá, camino a 200 años, como El Siglo, camino a 4 décadas, han sido instrumentos de comunicación que sobrevivi...

Bien o mal, tanto La Estrella de Panamá, camino a 200 años, como El Siglo, camino a 4 décadas, han sido instrumentos de comunicación que sobrevivieron a riesgos internos, pero ahora son amenazados por riesgos externos.

En un país descuadernado, pocos podían imaginar que otro ingrediente a la crisis generalizada viniera de afuera, como vinieron los famosos Papeles de Mossak-Fonseca.

Cual procónsul de un imperio, el recién estrenado embajador estadounidense movió hilos y generó un movimiento telúrico de insospechadas consecuencias todavía. Señaló, como casos con sentencia en firme que dos grupos empresariales liderados por dos parientes eran narcotraficantes y narcolavadores.

Detienen a uno en Colombia y comentan que prefirieron detenerlo allá porque acá tenía muchos contactos. Insinuando que habría protección del Gobierno panameño, como también dejó mal al presidente cuando el embajador comentó que al informarle al presidente Varela este le comentó: ‘John, y qué vamos a hacer con los puestos de trabajo en peligro', es decir que, nuestro presidente, cándidamente, le consulta a un extranjero cómo hacer su trabajo.

Todas las empresas de los dos señalados están sometidas a una asfixia financiera porque no pueden hacer negocios con ciudadanos o empresas gringas, lo que efectivamente va a acabar con esas empresas.

Los periódicos en mención, aparentando magnanimidad del sistema gringo, tienen lo que ellos llaman una ‘licencia' para operar hasta principios de junio. El inexorable tiempo avanza y pronto se cumple el término.

Tanto los periódicos como las otras empresas hay que salvarlas, no para sus dueños, sino para su función económico-social, ser fuente de trabajo y de generar riqueza. Si no se salvan afectarán a otras empresas vinculadas aunque no estén en la susodicha lista gringa y como efecto dominó se frenará la generación de riqueza y se perderán puestos de trabajo.

El Gobierno debe intervenir, negociar con el gobierno estadounidense para, si los empresarios señalados son culpables, que paguen, acá o allá, pero que se preserven las empresas y los puestos de trabajo. Eso sí, no como cuando el Estado gringo reflotó a los bancos afectados por la especulación inmobiliaria, donde el capitalismo se transformó en socialismo y luego le devolvieron a sus dueños los bancos y empresas reflotadas. Si el Estado interviene, el Estado lleva ganancia.

*Exprecandidato presidencial

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‘John y qué vamos a hacer con los puestos de trabajo en peligro' preguntó el presidente a Varela al embajador

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