• jueves 07 de noviembre de 2024 - 12:00 AM

Entre escombros y festejos patrios

El país está convulsionado. Fuertes lluvias y vientos huracanados corren en diferentes puntos del país, causando inundaciones y destrozos. Carreteras convulsionadas e intransitables.

Todo parece indicar que la situación dada -más que un efecto climático normal- es un castigo divino por el mal proceder de muchos panameños. En este caso ciudadanos que venden el voto y su conciencia. Acción deshonesta para beneficiar a quienes menos corresponde, a los que perjudican la nación. Mas, no pareciera una situación natural, ¿o sí?

El poco importa de diferentes gobiernos permitiendo tala indiscriminada, relleno de manglares, hacer islas para beneficio de allegados, no construir puentes ni acondicionar caminos, entre otras indiferencias, traen consigo situaciones donde la más perjudicada es la gente pobre.

Ahora, es importante recordar que noviembre es un mes de festividades patrias. El 10 de noviembre es con base en 1821, por el primer grito en la Villa de Los Santos. Lo que llevó a la independencia de España, el 28 de noviembre de 1821, fecha cumbre que marcó un rumbo.

Luego la separación de Panamá de Colombia el 3 de noviembre de 1903, fecha festejada como la más importante o relevante que la propia independencia del yugo español. Algo extraño, ¿no?

Los desfiles patrios se han suspendido en diferentes puntos del país, por las situaciones climáticas, por lo que sería importante que el presidente de la República y la ministra de Educación anunciaran y confirmaran como fecha para los próximos desfiles patrios el 28 de noviembre, en todo el país, tal y cual se festeja el 3 de noviembre, en cada distrito o provincia.

Sería otra oportunidad para que los estudiantes rindan honor a la patria -que desprotegida muere-. Reactiva la economía, renace el fervor patriótico y revive la historia a quienes han olvidado cuándo fue y qué significó la independencia de Panamá de España.

No obstante, recordemos que hay una tercera emancipación, la de Panamá de los Estados Unidos, el 31 de diciembre de 1999. Soberanía social y económica, sin la quinta frontera. Dios te salve Panamá.

La verdad os hará libres y el silencio, cómplice.

“Todo parece indicar que la situación dada -más que un efecto climático normal- es un castigo divino por el mal proceder de muchos panameños”.
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