- miércoles 08 de noviembre de 2023 - 12:00 AM
El engaño y la verdad, la parodia del agua y el aceite
El método científico ha probado categóricamente que el aceite pesa menos que el agua y que es casi imposible que se mezclen.
Cada uno tiene propiedades diferentes en lo relativo a la densidad y la polaridad, por ello, pueden ocupar el mismo recipiente sin que se amalgamen.
En paráfrasis, el mismo principio se aplica al engaño y la verdad, pueden estar en el mismo espacio sin fusionarse por el contraste indubitable de sus propiedades.
La parodia estriba en que los malos políticos no escatiman estrategias, tiempo o uso de influencias para que el engaño se mantenga a flote y lo beba el pueblo en el primer sorbo del vaso que contiene la chicha sin azúcar de la realidad social.
Cuando los hombres o las mujeres, que se dedican a la política, dejan de entender que los individuos se organizan para tomar decisiones, cumplir objetivos y llegar a acuerdos para facilitar la vida en sociedad resolviendo conflictos de manera democrática, se convierten en seres autoritarios.
En un sistema democrático el poder es entregado por el pueblo a los políticos, a través del voto, para que trabajen por el bien común, para que respeten las funciones asignadas en cada cargo público y para que garanticen el cumplimiento de sus obligaciones.
El abuso del poder político es una verdad que sale a flote hundiendo al engaño en el fondo del vaso y hace que la sociedad tome el trago amargo de una chica ácida y desagradable, preparada por un gobierno que raya en lo tiránico y que no respeta la voluntad popular.
PERIODISTA Y EDUCADOR