• martes 13 de mayo de 2025 - 12:00 AM

En el mes de la etnia negra

El aporte de la “etnia negra” al desarrollo y progreso nacional, es un hecho incuestionable, aportación que quedó reconocido oficialmente con la Ley 09 de 2000. Para nosotros esta ley constituye un supremo acto de justicia, al reivindicar a los ancestros de miles de “afropanameños”, quienes siglos atrás fueron traídos a la fuerza, y terminaron echando raíces en las tierras istmeñas.

En el marco de esta celebración, se realizan desfiles festivos, esperados con júbilo por los miembros de la “black community”, quienes para la ocasión lucen orgullosos atuendos coloridos alusivos a la cultura afro. A lo largo del país otros sectores sociales se han ido sumando a estas celebraciones, con cuyo aporte estas han ido adquiriendo un perfil multicultural.

La presencia negra también ha dejado una profunda huella en nuestra identidad nacional. De esto nos hablan los diablos congos, la música calypso, la exquisita comida costeña y su alegría característica de su gente, que hoy integra el “ADN” de la panameñeidad. Este reconocimiento significó el triunfo sobre aquellas desfasadas políticas públicas discriminatorias, así como de auqel ese nefasto “apartheid laboral y social” soportado por los obreros negros en la ex Zona del Canal.

Sin embargo, hoy es palpable la desatención estatal hacia esos grupos humanos. No es una casualidad que una alta concentración de la “etnia negra”, viva concentrada en áreas de marginalidad social, caracterizadas por sus altos índices de desempleo, criminalidad y de deserción escolar.

Dentro de la sociedad, se ha dado un avance significativo, pues son muy pocos los que “arrugan“ la cara ante la cercanía de un negro. Hacen faltan programas para integrarles activamente a los sistemas productivos en la agricultura, la industria, el comercio y la ganadería.

Con estas celebraciones de la Etnia Negra, se rescata aquel olvidado sentido de dignidad por su “raza prieta”. Con todo y las cadenas impuestas, el “amo blanco” siempre temió a su despertar. De nada sirvieron los castigos minuciosamente aplicados, para “sacarle de su mente” aquella poderosa conexión espiritual con la patria negra, porque aún sigue vivo el sueño de libertad, lanzado como una advertencia a quienes hoy intenten someter a la Black community.

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