• viernes 11 de julio de 2025 - 12:00 AM

El uniforme no debe ser excusa para el abuso

Hace poco leí una frase que dice: “el poder sin compasión es el peor tipo de maldad que existe”... Del antiguo lema de proteger y servir, ya no queda rastro. La Policía Nacional ha perdido su rumbo como garante del orden y se ha convertido en un instrumento de represión al servicio del poder, especialmente en tiempos de crisis.

En el corto mandato del presidente José Raúl Mulino, la supremacía ha sido el talón de Aquiles para el pueblo. Y es que, desde la perspectiva de la comunidad, la entidad cuenta con libre albedrío para realizar sus procedimientos. Recientemente, en el área de Bocas del Toro, ocurrieron hechos que evidencian cómo algunas de las unidades policiales sobrepasan los límites, sembrando temor en la población.

En años anteriores, este estamento de seguridad agotaba todas las alternativas posibles antes de ejercer la fuerza para controlar situaciones; hacían espacio al diálogo. Da la impresión de que, para esta entidad, es indiferente que paguen justos por pecadores. Da igual si hay infantes, adolescentes, personas de la tercera edad o con discapacidad. Su presencia en el sitio de manifestaciones es sinónimo de bombardeos de gases o sustancias tóxicas.

Ante la crisis que azota al país desde hace varios meses, es notable la recurrente vulneración de los derechos humanos y la creciente ola de represión por parte de la institución. En un país democrático, el uniforme no debe ser excusa para el abuso. Si olvidamos que la autoridad está para proteger, no para oprimir, habremos cedido demasiado.

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