El pez muere por su boca

  • jueves 01 de mayo de 2025 - 11:00 PM

Sin duda el talón de Aquiles de la administración Mulino ha sido las declaraciones inoportunas del mandatario panameño en momentos donde la prudencia impera. Decir lo que se piensa no es un privilegio con el que cuentan los altos funcionarios del gobierno ni muchos menos el presidente de la República.

El término coloquial se refiere a una conversación informal y relajada, por consiguiente, ningún tipo de comunicación formal puede ni debe realizarse coloquialmente, ya que, en un espectro de amplitud masiva, de seguro generará ruido en el proceso de comunicación.

Lo coloquial se relaciona con la típica conversación cotidiana entre personas con algún grado de confianza, sobre todo en situaciones relajadas con amigos, familiares o en contextos no profesionales. Cuando el presidente de la República intenta expresarse coloquialmente a la nación, incurre en un grave error comunicacional al confundir su narrativa de los hechos dentro de un contexto inapropiado. En este caso, el orden de los factores, sí altera el producto.

Para todos aquellos que confunden la velocidad con el atropello, deberían entender que la comunicación no es un oficio, sino una ciencia viva que está en constante cambio, principalmente, originados por el avance tecnológico que altera y moderniza los canales de comunicación.

Pareciera que el gobierno del presidente José Raúl Mulino codifica su esquema de mensajes, basado en un supuesto ideario imaginario colectivo donde todo el espectro nacional coincide en los mismos parámetros ideológicos, sistemas económicos y en la forma de vivir; obviando que cada cabeza es un mundo y que Panamá no solo es un crisol de razas desde lo étnico, sino que también es una mezcolanza ideológica y de pensamiento crítico.

Los epítetos y las formas empleadas desde el Palacio de Las Garzas para referirse a los grupos ciudadanos que no comparten la misma visión de país, no hacen más que exacerbar los ánimos, caldeando las emociones como caldo de cultivo para manifestaciones y protestas masivas. ¡No hay que echarle más gasolina al fuego!

Para todos aquellos que confunden la velocidad con el atropello, deberían entender que la comunicación no es un oficio, sino una ciencia viva que está en constante cambio.