• lunes 06 de enero de 2025 - 10:30 AM

El deber de un estadista es ofrecer estabilidad

Después del triunfo de Ernesto Pérez Balladares aquellos que habían sido desplazado de sus puestos llegaban a las oficinas a insultar a la gente

Y esa estabilidad debe prevalecer en el respeto hacia los empleados públicos. Siempre he rechazado la carnicería humana que se da cada cinco años. Casi siempre los gobiernos que inician tienen que abrir espacios a sus partidarios para ubicarlos en alguna posición laboral.

También es un acto politiquero el nombramiento de personas sin capacidad cuyo mérito ha sido pegar papeletas, organizar mítines o cargar la maleta de algún candidato. La misión de un estadista es llegar y gobernar con esa masa que encuentra siempre y cuando sean personas con los méritos. Recuerdo que después del triunfo de Ernesto Pérez Balladares aquellos que habían sido desplazado de sus puestos llegaban a las oficinas a insultar a la gente con la frase, “prepárate que esa posición es mía y pronto te echarán de aquí”.

El presidente Endara, durante la campaña, prometió dejar, como uno de sus legados, una carrera administrativa para acabar con la politiquería de los 21 años de desgobierno militar. A los funcionarios los trataban como animales; los llevaban de manifestación en manifestación. Por ejemplo, en los días críticos de los años 80, se pasaba lista en las concentraciones, incluso se llegó a pagar alguna que otra planilla durante esas alabanzas al generalito de turno. Y así fue, Guillermo Endara dejó una Ley de Carrera Administrativa y los gobiernos que le sucedieron la modificaron para amoldarla a sus requerimientos politiqueros.

Cuando el presidente Mulino se refirió a que el gobierno estaba minado de cojos, enfermos etc., no lo hizo para menospreciar a las personas con necesidades especiales. El mandatario hacía alusión al terreno minado que le dejaron para no destituir a funcionarios que fueron nombrados por esos comportamientos irresponsables de la administración anterior.

Lo expresado por Mulino se une a otras frases que se malinterpretaron mal como la de Juan Carlos Tapia cuando sugirió comer dos veces al día durante la pandemia. También la del diputado Sergio Gálvez de... “vayan a llorar al cementerio”. La de Mercedes Eleta de: “el que quiere agua gratis tendrá que buscarla en la quebrada o el famoso... “qué hay pa mí”, de la exdiputada Yanibel Ábrego.

Ya llegará el tiempo en que tendremos una administración seria, respetuosa, la cual velará por darle estabilidad a los funcionarios.

Frente a la tradición y lo que siempre se ha hecho comprendo al presidente Mulino. El hombre tiene que lidiar con una jauría de seres humanos con hambre y sed de encontrar un trabajo dentro del engranaje gubernamental. Puedo hablar con la frente en alto sobre este tema. Solo para dar un ejemplo, después de la invasión tuve presiones grandes para que destituyera a la mitad del personal que encontré en la secretaría de Prensa. Me mantuve firme debido a que soy enemigo de la demagogia y más cuando una de las promesas de campaña del presidente Endara fue el respeto a la estabilidad de los funcionarios. Abrazos y feliz día de Reyes.

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