• miércoles 10 de enero de 2024 - 12:00 AM

Dos caminos

Los peligros pueden ser imaginarios o reales

Luchar y huir son comportamientos que están insertados en nuestro ADN, desde el homo sapiens hasta el hombre actual, como respuesta ante el peligro. Por eso, cuando nos sentimos amenazados ante una circunstancia que sentimos como amenazante o peligrosa, elegimos consciente o inconscientemente uno de esos dos caminos.

El peligro puede ser real o imaginario, nuestro cerebro no distingue muchas veces lo real de lo ilusorio y observamos personas que luchan constantemente con todo, con peligros fantásticos. Mi mente hace conexión con aquellos perritos que pelean con su propia cola. Me he recreado viendo los enfrentamientos de uno que otro can y mi gata ―Arya Ruperta― cuando se combaten en círculos inversos con su propio rabo hasta que se cansan.

Es cierto, pelean hasta cansarse porque no hay un peligro real y sus fuerzas son desperdiciadas hasta producir el cansancio. Ese comportamiento lo podemos ver en personas que están en guerra con el mundo, sin ver que esta lucha es consigo mismas.

Lo mismo pasa si el comportamiento está en constante estado de escape: evasión de decisiones importantes; postergación de tareas cotidianas, de responsabilidades y compromisos; huir de todo lo nos movilice de una situación de comodidad constante. La gran trampa de esta falsa creencia es que, mientras más nos acostumbramos a lo cómodo, más nos podemos perder de vivir una vida satisfactoria.

Los peligros pueden ser imaginarios o reales, es cierto. También es verdad que luchar por causas justas puede ser nuestra salvación y nos puede llevar a ganar una vida plena y coherente. Al igual que saber cuándo es el momento oportuno de retirarse nos protegerá de peligros. Hace falta sabiduría para reconocer la diferencia.

Abogada,mediadora, coach

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