- jueves 03 de julio de 2014 - 12:00 AM
¿Dónde están los ladrones?
El Parlacen no es la cueva de ladrones de la que alardea Martinelli. Aunque ahora él sea flamante miembro. No hay agencia de relaciones públicas que pueda remendar el daño que le infligió Martinelli cuando era presidente de Panamá. Esa entidad, necesaria para la integración regional, le pone la otra mejilla y le ofrece refugio en la "cueva de ladrones" y de la impunidad, como él bautizó.
El Parlamento Europeo es pieza fundamental de la integración europea, que ha obtenido pasos gigantes. Después del fin de la guerra en Centroamérica, con la firma del Tratado de Esquipulas, nació el Parlamento Centroamericano. Organización necesaria de integración regional, con los defectos y virtudes de nuestros países. No debe ser implosionada por miembros del tipo Martinelli, que, lenguaraz, un día la asolea, y otro la busca de abrigo protector.
Siempre habrá gente como Martinelli, y por esa razón no vamos a desaparecer todas las organizaciones. Si esa fuese la consigna, debería seguir el Palacio de las Garzas la misma suerte de la Cárcel Modelo y del antiguo estadio Fonte Nova (1951), de Salvador de Bahía.
Parlacen es el órgano de representación democrática y política de los pueblos centroamericanos y caribeños (Rep. Dominicana es miembro) y sus delegados no son peores que aquellos que tenemos en las asambleas nacionales. Nos han representado ciudadanos meritorios como Álvaro Menéndez Franco y Dorindo Cortés. Es la representación parlamentaria del SICA (Sistema de Integración Centroamericana) y debe contribuir a crear la unión centroamericana, como respalda la integración el Parlamento Latinoamericano y cuya sede está en la ciudad de Panamá.
Un tribunal internacional determinó que Panamá no puede renunciar al tratado constitutivo del Parlacen, y así lo ratificó un fallo de la Corte Suprema. El Parlacen tiene en Martinelli hoy su peor activo. El tratado debe ser modificado para que personajes de su laya no sigan perjudicando a esa organización, que es víctima de ciertos ladrones, como Alí Babá. Aunque no son muchos, y se pueden contar con los dedos de la mano entre sus 120 legisladores.
* Filólogo y periodista