Develando a la víctima

Creer que todos los casos serán resueltos a través de la mediación es una fantasía. En los juzgados de familia existen muchas víctimas y agresores. En una situación de daño al otro se produce un desbalance que debe ser objeto de justicia y protección.

Existen muchos casos en que la persona no tiene la fuerza ni las herramientas para iniciar una batalla legal por un derecho y es necesario que el sistema le proporcione la protección y la ley pueda brindar las condiciones para su defensa o demanda. Esta persona está en condición de víctima.

Resulta muy satisfactorio observar que quien entró a un despacho como víctima se vaya convirtiendo en un ser fortalecido y pueda exigir el cumplimiento de su derecho. En ese momento, ocurre una magia en la cual esta persona se moviliza de víctima a protagonista de su vida.

Cuando nos acomodamos al papel de víctimas de la vida, no podemos avanzar ni crecer como seres humanos porque le concedemos a terceros el eterno poder de afectar nuestra existencia.

Otro peligro es replicar en otras personas el daño recibido. Se produce cuando una víctima se convierte en agresor de alguien que es más vulnerable; en el caso de los hijos, cuando son utilizados dentro de batallas legales como trofeos.

Moverse de víctima a protagonista no es proceso fácil, pero sí posible, y mis ojos han visto personas que estuvieron envueltas en dramas de vida que fueron escenario de batallas legales pasar a seres fortalecidos y capitanes de sus propias embarcaciones de vida.

Se convierten en personas con una fortaleza interior a quienes no daña el resentimiento, y su vida cambia para bien.

ABOGADA, MEDIADORA, COACH