• viernes 08 de septiembre de 2023 - 11:40 AM

Devaluación de la Comunicación Social

Las facultades de comunicación social desempeñan un papel fundamental en la formación de profesionales versátiles y éticos 

Desde hace tiempo, he sostenido una firme posición en contra de los cursos de locución que prometen transformar a cualquiera en un locutor profesional en un abrir y cerrar de ojos. Mi perspectiva no es solo una cuestión de preferencia personal, sino una reflexión sobre la importancia y el valor de la educación en comunicación social en un mundo cada vez más saturado de información y medios de comunicación.

En la actualidad, es común encontrarse con ofertas de cursos de locución que prometen hacer de sus participantes locutores en poco tiempo y con un esfuerzo mínimo. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿qué sucede con las facultades de comunicación social y el arduo trabajo de aquellos que se dedican a estudiar esta disciplina durante años?

La respuesta no es tan simple como podría parecer. En primer lugar, es importante comprender que ser un locutor y ser un comunicador social son roles distintos en el campo de los medios de comunicación. Los locutores se dedican principalmente a presentar contenido en la radio o la televisión, mientras que los comunicadores sociales abordan una gama más amplia de tareas que incluyen investigación, producción, gestión y, por supuesto, locución.

Aquellos que optan por seguir una carrera en comunicación social se embarcan en un viaje de aprendizaje que se extiende por varios años. Durante este tiempo, adquieren una comprensión profunda de los principios de la comunicación, la ética en los medios, la teoría de la comunicación y una serie de habilidades prácticas que les permiten navegar eficazmente en el complejo mundo de los medios.

La diferencia principal entre los cursos de locución y la educación en comunicación social radica en la profundidad y la amplitud del conocimiento adquirido. Los comunicadores sociales no solo aprenden a hablar frente a un micrófono, sino que también desarrollan habilidades en redacción, investigación, edición, producción, gestión de proyectos y comprensión de las dinámicas sociales y culturales que influyen en los medios de comunicación.

Una carrera en comunicación social no es solo cuestión de estudiar libros y teorías. Se trata de comprender cómo la comunicación moldea el mundo que nos rodea y cómo podemos utilizarla de manera efectiva para informar, persuadir y crear conexiones significativas. La educación en comunicación social va más allá de la locución; es una inversión en la capacidad de comprender y dar forma al panorama mediático.

Las facultades de comunicación social desempeñan un papel fundamental en la formación de profesionales versátiles y éticos en el campo de los medios de comunicación. Son estos profesionales quienes están capacitados para abordar una variedad de roles en la industria, desde periodismo hasta relaciones públicas, producción audiovisual y gestión de medios.

Si bien los cursos de locución pueden ofrecer habilidades específicas, no pueden reemplazar la educación integral y la comprensión profunda que brinda una carrera en comunicación social. En última instancia, el valor de esta formación radica en su capacidad para transformar a los individuos en comunicadores reflexivos y responsables que pueden influir positivamente en el mundo de los medios y la sociedad en general.

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