- martes 17 de julio de 2012 - 12:00 AM
El destino incierto del caso CEMIS
Por lo menos ha trascurrido una década desde que en la televisión local aparecieron las imágenes de un ‘Honorable Legislador’ denunciando con lujos y detalles que había recibido soborno para aprobar el ‘Contrato Ley CEMIS’, mostrando sin sonrojo en las manos que aún aprueban leyes nacionales, la evidencia material del hecho ilícito. Las investigaciones respectivas corren por parte de un fiscal por los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en las que se han tomado declaraciones a ex ministros, ex legisladores y ex presidentes, sin ningún aporte sustancioso que permita aclarar el temerario denuncio.
A consecuencia del atraso de las averiguaciones, que por la calidad de los protagonistas hacen de este uno de los llamados ‘casos judiciales de alto perfil político’, Martín Torrijos y muchos otras figuras opositoras se encuentran a merced del investigador, con el justificado temor de que pudiera aparecer, como por arte de magia, uno de esos ‘indicios atípicos’ capaces de crear nuevas incriminaciones, comprometiendo innecesariamente a la justicia en las controversias políticas internas. En este caso, los términos legales no existen; y si existen, han sido desatendidos ‘a ciencia y paciencia’ del magistrado instructor, lo que hace pensar que ni remotamente se aplicarían sanciones ni sobre el investigador moroso, ni se pondrá en duda la legalidad de lo actuado.
A los ojos del vulgo, es simple la solución de este caso, pues si el denunciante confesó que recibió ‘dinero sucio’, poco es lo que hay que aclarar. Pero como la densa niebla que rodea los altos estratos judiciales ha afectado la escasa visión de ‘la dama justicia’, resulta ser que lo que es obvio para el pueblo llano, no lo es para el investigador.
El rumbo incierto y enrevesado que han venido siguiendo las averiguaciones sobre el caso CEMIS predice la intervención de poderosos influjos oficiales. La hipótesis de trabajo que orienta al investigador es errática pues la verdad no surgirá hurgando las interioridades de la negociación del contrato; indagando los procedimientos legislativos seguidos, o con la confesión de los empresarios. Mantener sin rumbo las averiguaciones del caso CEMIS agudiza la crisis judicial, por cuanto que pone de relieve la debilidad funcional y operativa de la justicia, ya que deja en duda una vez más su independencia ante los otros órganos estatales. Es el turno para que la Corte Suprema tome el control del caso, valore el resultado de lo investigado, como un paso dirigido a elevar un poco su diluida credibilidad, y se decida de una vez por todas, la separación de los inocentes de los culpables.
* ABOGADO