• miércoles 07 de febrero de 2024 - 12:00 AM

Despedida

En algún momento de nuestra vida, hemos experimentado una perdida dolorosa

Perder a un ser querido, a una amistad o mascota, divorciarse, envejecer, incluso cambiar de país pueden desencadenar el proceso de duelo de una persona.

En algún momento de nuestra vida, hemos experimentado una perdida dolorosa; nadie está exento de vivirla. El ser humano tiene temores, que son comunes e inevitables, están relacionados con el sentido de la pérdida.

Cuando perdemos algo o a alguien, experimentamos sensaciones, emociones y sentimientos: lo que se denomina «el proceso de duelo».

Los autores lo diferencian en 5 fases, siendo estas la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Cada duelo es único y las etapas se presentan de formas distintas.​

Al principio, creemos que la noticia no es cierta, vivimos como una película que nos distorsiona la realidad (como una cámara de video movida); luego, podemos sentir molestia y tener la fantasía de que no es cierto, y podemos imaginar que nada ha cambiado, sentiremos una profunda tristeza hasta que, poco a poco, llegan la serenidad y la aceptación. Nunca olvidaremos, pero recordaremos sin dolor.

He podido ver a lo largo de mi carrera como abogada de familia muchos casos de divorcios. Y así pude observar los duelos de mis clientes y contrapartes. En los casos en que se vivían de una forma saludable, existía una sana aceptación de que la relación de pareja había terminado, pero prevalecían las de paternidad y maternidad, asegurando que los padres no se divorciaban de los hijos. En cuanto a procesos de duelos migratorios, se producen hasta la aceptación de que el país ―seguramente idealizado― quedó atrás, aunque se visite nuevamente.

Para sanar, hay que vivir los duelos en todas sus etapas.

Abogada, mediadora, coach

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