- miércoles 12 de febrero de 2014 - 12:00 AM
El descaro de Martinelli
Fue un secreto a voces, y casi que desde el momento mismo de su elección, que Martinelli se quería reelegir o perpetuar en el poder. El tiempo nos ha dado la razón, a través de un subterfugio legal; nomina a su esposa como candidata a la Vicepresidencia de la República en la nómina oficialista.
Quién puede dudar que el presidente del país no es el que manda en Panamá, controlando todos los resortes de la administración del Estado: Asamblea de amputados, Corte de injusticia, Ministerio impúdico, Contaloría (solo cuenta) de la nación, etc.
¿Alguien duda quién es el dueño, decide y controla el partido gobernante Cambio Democrático y al satélite Molirena?
Luego entonces podemos afirmar, que efectivamente la designación de la señora Marta de Martinelli lo único que busca es perpetuar a Martinelli en el poder a través de interpuestas personas. Resulta curioso que ahora la esposa no es parte del núcleo familiar y no se violenta el espíritu constitucional que busca evitar la reelección y la perpetuidad en el poder.
Lo triste del cuento es que, según lo dicho por la propia Marta, ha sido el resultado de la consulta que ellos hicieron al Tribunal Electoral.
¿Qué magistrado atendió y respondió la misma? ¿Fue el pleno que dio esa interpretación? De ser cierto, digan ya quién o quiénes son los responsables de tener al país en medio de semejante disparate jurídico en el lugar donde se garantizan los resultados del sufragio popular del próximo 4 de mayo.
La mayoría de los ciudadanos hemos defendido con ahínco la imparcialidad que hasta hoy había demostrado el TE y no me quiero equivocar, pero si esa consulta salió del Pleno hay que saber cómo fue esa votación; el país no se merece semejante desasosiego y menos en medio y casi en la recta final de la contienda, no necesitamos más desaciertos ni jurídicos ni políticos que nos lleven al desastre como nación.
Los panameños queremos un proceso electoral en el que quien manda, que es el pueblo, le sea escuchada y respetada su voluntad y con el resultado de esa ‘consulta’ que no es una decisión, el Tribunal se mete en aprietos jurídicos con los votantes que hemos creído en sus opiniones y conceptos, están mostrando una debilidad que no se le conocía y en esa hendidura metió sus narices Martinelli, lo que nos alerta frente a los resultados del 4 de mayo.
Ojo al Cristo que es de palo y se lo roban también.
* EXSECRETARIO GENERAL DE LA CGTP