¿Derogación o moratoria?

Ante la ola de protestas a lo largo y ancho de la geografía nacional, el tema sobre la mesa del gobierno es decidir la suerte que correrá el recién aprobado contrato minero.

Al borde de un evidente estallido social, la prudencia ha de hacer gala para no dar un paso en falso. Se debe garantizar las justas reclamaciones de un pueblo que llegó a su límite, pero sin dejar de lado las implicaciones que puede traer para el país el haber tomado una decisión inconsulta y/o acelerada.

En el ambiente se escucha hablar de inconstitucionalidad, derogación y moratoria como las posibles opciones. La imposibilidad de la CSJ de resolver expeditamente las inconstitucionalidades presentadas por razón de tiempos procesales, hacen suponer que al gobierno solo le queda la derogación o la moratoria.

Por un lado, la derogación del contrato minero sería la medida más radical, pero también la más contundente. Sin embargo, esta opción sería también ‘la crónica de una demanda internacional anunciada' por First Quantum Minerals.

Por otro lado, si el gobierno se decanta por la moratoria, significa suspender temporalmente la explotación de la mina hasta que se resuelvan las controversias en torno al contrato. Esta opción sería una posible vía de consenso entre el gobierno, la empresa minera y los manifestantes, pero no resolvería el problema de fondo.

El gobierno tiene una decisión difícil pero necesaria, está en sus manos poner fin a las incesantes manifestaciones y contribuir a restablecer la paz social en Panamá.

ABOGADO Y PERIODISTA