• miércoles 17 de julio de 2019 - 12:00 AM

Derecho a migrar, como a no migrar

Nuestro bello país desde su propio nacimiento ha sido una nación de tránsito y conformada por migrantes de muchísimas nacionalidades.

Nuestro bello país desde su propio nacimiento ha sido una nación de tránsito y conformada por migrantes de muchísimas nacionalidades, pasando por europeos, caribeños, asiáticos, andinos, centroamericanos, sureños, etc.

No existe en nuestro país el panameño químicamente puro, puesto que cada uno de nosotros tiene o es proveniente de un descendiente extranjero; hasta nuestros hermanos indígenas algunos son provenientes del chocó colombiano como lo son los kunas o gunas y los chocoes hoy Emberá- Wounaan.

Panamá históricamente ha mantenido una política migratoria que fue respetada hasta la administración Martinelli, quien la altera y con tinuada por Varela con los famosos Crisol de Razas, los cuales no fueron otra cosa que la forma fácil de hacer plata para ciertos funcionarios como para algunos profesionales de la abogacía y para otros tantos empresarios que valiéndose de la necesidad de los migrantes se aprovechan para explotarlos.

Ningún ciudadano migra por hacer deporte o a vacacionar, sino en busca de mejores días para él y para los suyos, por consiguiente como trabajador debo defender el derecho a migrar, y el migrante igualmente tiene el derecho de respetar las normas establecidas en la nación que le da cobijo.

Tenemos que ser sensatos y legislar con madurez respetando los derechos y deberes que tiene cada cual, no es justo que un estado serio le conceda un estatus a una persona y en el camino le cambie las reglas del juego, así como existe el respeto a la seguridad jurídica para las empresas tiene que existir para las personas.

Revisando el proyecto de ley presentado por la honorable Rodríguez no tiene congruencia lo que se dice de viva voz con el texto del mismo, al menos que lo que se pretenda sea decir una cosa y al momento de la verdad incluir lo que en el fondo se dice y no está escrito.

Coincido plenamente en que hay que poner orden, pero para eso está la ley, solo basta con aplicarla y derogar el o los decretos que crearon el Crisol de Razas y eso lo puede hacer el órgano Ejecutivo, sin necesidad de armar el estruendo que se ha montado con una propuesta de ley que en algunos casos exagera como lo es con la prohibición de reingreso hasta por 15 años lo cual a mi juicio es un exabrupto.

Pilas con los convenios internacionales de los cuales nuestro país es dignatario en materia laboral, de derechos humanos, sobre la migración, porque la violación de éstos nos puede pasar factura a futuro.

Migración con orden es justa y necesaria.

EXSECRETARIO GENERAL CGTP