• viernes 31 de diciembre de 2021 - 12:00 AM

Derecho humano

Tampoco tengo esperanzas que los panameños amanezcamos el 1º de enero siendo, de milagro, mejores personas y que todo lo malo desaparezca

Encontrar el balance entre lo que me conviene y lo que le conviene a los demás, se ha constituido en el principio restante para establecer el orden de los nuevos parámetros del contrato social pendiente, por parte de la humanidad.

Los vacíos existenciales y la abrumadora información disponible, hacen que cada individuo tenga menos predisposición para asumir un conjunto de reglas preestablecidas por un grupo de personas que ya partieron de este mundo. Cada época tiene sus propios códigos.

Si se toma en cuenta que los que establecieron los parámetros sociales, hoy, solo existen en el recuerdo de unos pocos y en algún libro empolvado, no cabría la menor duda, que estamos frente a una transición.

Resulta imposible contener el brío de una generación que intenta vivir su vida, según sus propios códigos. No se trata solo de filosofía, sino de todo un concepto integral, apoyado en el gran caudal de acceso a la información disponible; sumado al tiempo ganado, gracias a la tecnología y la simplificación de los procesos.

Tanto la mente, como el corazón de las personas, carecen de esa simplicidad sumisa con la que se pueden estructurar el resto de los conceptos que comprenden la existencia humana.

Grandes discusiones globales están por debatirse en marco del caos, al tiempo que existen personas que no se sienten parte de los géneros establecidos; incluso, hay grupos de personas que desconocen su identidad propia dentro del gran concierto social.

Las vacunas, podrían ser, solo una pequeña fracción de los grandes debates de la humanidad. Los derechos, tal y como los conocemos hoy, formarían parte de la historia.

El legado de los grandes pensadores apenas comienza a discutirse, ya que la profundidad intelectual de aquellas mentes brillantes; se debate, cíclicamente, sobre los mismos problemas del ser humano, a través de la historia. Su existencia.

Por lo pronto, tendremos que conformarnos con aquellas premisas interminables sobre el derecho propio, que termina donde comienza el de los demás.

¡Feliz Año!

PERIODISTA

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