Como la mayoría del ser humano, que enfrenta situación adversa, primero entra en cierta negación, fincando esperanzas en que la situación no sea grave o que se arregle sola.
Panamá lleva 57 años, por lo menos, de haber desviado su andar político. Esto desde 1968, producto de una serie de degradaciones de la política, que venían de arrastre.Hoy seguimos profundizando las causas del desvío y todavía hay quiénes están en negación de que esto no es democracia. Cuántos dicen que vivimos democracia y que hay que preservarla. Es como el enfermo que no reconoce estar enfermo y tiene que tomar providencias para revertir la condición.
Hay un Tribunal Electoral que alega hay democracia. Hay partidos políticos, hay integrantes de los Órganos del Estado que dicen que hay democracia. Simulan estar en democracia, mayormente, porque les conviene estar en supuesta democracia.Como todo es relativo, es menos malo estar en esta situación que en un caos total en que sea imposible la convivencia y nada funcione del todo.
Cuando la política anda mal, todo anda mal. Las naciones organizadas políticamente conforman Estados para darle a su población las condiciones mínimas de bienestar común. Como todo es relativo, nunca obra humana es perfecta y la administración de los Estados tienen falencias, falencias que se enfrentan y corrigen en Estados democráticos. Pero donde las falencias son abrumadoras ya no hay democracia.
Los Estados son cuerpos políticos/sociales que tienen similitudes con los cuerpos biológicos. Si una persona sufre enfermedades, aunque sean moderadas, no tiene salud, entonces por qué un cuerpo político/social, cuando está en conflicto caótico con su orden, sus ciudadanos insisten en decir que viven democracia cuando lo que viven es enfermedad política que les desajusta los social?
Las naciones cuyos Estados han perdido la salud política están enfermas y no tienen democracia como una persona enferma no tiene salud, que Panamá siga negando que no tiene democracia evita que pronto camine hacia su curación. Esto ocurre porque los que deben corregir no quieren perder su condición que les permite pelechar. No son todos pero sí considerable cantidad.
Todo seguirá mal hasta reconocer que no hay democracia...
Odontólogo