• miércoles 05 de agosto de 2020 - 12:00 AM

Covid-19 se ensaña con los más pobres 

Habrá que preguntarse cuantos hombres, mujeres y niños, en medio de esta crisis no reciben las calorías requeridas para obtener un buen estado de salud

La llegada del Covid-19 ha puesto en evidencia el mal estado de nuestro sistema de salud pública, el cual año tras año y Gobierno tras Gobierno se ha ido profundizando; a tal punto, que los Comité de Salud instaurados en los años 70, a la par de cada centro de salud construido, fueron tirados literalmente al abandono a partir de la aplicación de la política de salud impuesta desde 1994 por la administración Balladares, seguidas y profundizadas por las siguientes administraciones.

EL combate al Covid, requiere de una organización social construida desde las bases y con la participación de la comunidad; para lo cual, la reorganización de los Comité de Salud se hace imprescindible, donde los propios moradores sean parte de la solución porque nadie mejor que ellos conocen su entorno. Para ello se requiere de un compromiso y acción seria de parte de las autoridades de salud, dotándoles la indumentaria de trabajo necesaria y el personal de salud requerido.

Habrá que preguntarse cuantos hombres, mujeres y niños, en medio de esta crisis no reciben las calorías requeridas para obtener un buen estado de salud; la respuesta es obvia, muchísimo más que antes, sin pandemia en 2018 se mal contabilizaron 777.752, no me quiero imaginar cuántos miles más tendremos post Covid.

Una cosa es clara hoy, la pandemia pasa factura a los más pobres y desprotegidos, puestos que sus condiciones alimentarias y en atención a la salud son las más precarias; los indígenas, campesinos y habitantes de nuestras comunidades más remotas, son los más golpeados. En lo relativo a las estadísticas Covid; algunos ni siquiera cuentan, porque mueren en sus casas y el mismo día son sepultados y nadie sabe de qué murieron, aunque se los haya llevado el Covid.

Vayan a Unión Chocó, Capetuira en Darién y tantas otras comunidades de mi Panamá profundo, al que sólo pasan por aire y se darán cuenta de las desgracias por la que pasa nuestra gente.

Tenemos que retomar de manera urgente la reorganización de la sociedad, pero con ellos como actores y protagonistas de su propio destino; no construir cogollos ni estructuras que no sirven para nada más que sangrar las arcas públicas. Nadie más que quienes habitan en una comunidad conocen mejor de sus necesidades. Dejémonos de pretender inventar el alambre púa porque eso existe.

Ex secretario general  de CGTP

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