Contaminación visual y sonora en aumento

En Panamá, hablamos mucho del tranque, de la inseguridad, de la basura... pero hay un par de temas que, aunque los vivimos a diario, casi nadie menciona sobre la contaminación visual y la contaminación sonora. Esos dos tipos de contaminación que no se ven ni se huelen, pero que se sienten en el cuerpo, en la mente y hasta en el ánimo.

Basta con salir a cualquier calle de la ciudad, pasando por las áreas comerciales de para ver una maraña de rótulos, pancartas, avisos pegados en postes, pantallas con luces LED parpadeando todo el día, grafitis mal hechos por todas partes, edificios pintados con colores que no combinan con nada, cables colgando y un desorden visual que agota. Esto es contaminación visual. Y aunque no mata de una vez, desgasta la calidad de vida, estresa y nos hace sentir que vivimos en un caos constante.

Pero si eso fuera poco, súmale el escándalo. Parlantes a todo volumen promocionando empanadas a las siete de la mañana, buses con reguetón a todo lo que da, carros con escape modificado, alarmas que suenan sin razón, construcciones que empiezan desde antes de las seis, y gente que cree que hablar alto es lo mismo que comunicarse. Esa es la contaminación sonora, y nos está volviendo locos sin que nos demos cuenta.