• jueves 22 de junio de 2023 - 12:00 AM

Construcción: negocio de gobernantes y filibusteros

Hace mas una década se viene hablando de la construcción del Hospital Oncológico, el cual se dice se ha quedado chico 

Al parecer, la construcción -en las últimas décadas- se ha convertido en un negocio lucrativo para quienes administran la cosa pública y filibusteros.

Carreteras, escuelas,  hospitales que a mediados del periodo presidencial -o inicio del siguiente- son abandonados, sin que se ejecute la fianza de cumplimiento, pero las empresas siguen licitando otros proyectos o cambian de razón social, generalmente los mismos accionistas o dueños, presuntamente en complacencia de quienes administran y fiscalizan la Cosa Pública.

Centros de salud -en diferentes puntos de la República- son abandonados, inclusive con expedientes de pacientes. Cada nuevo gobierno trae un nuevo proyecto de construcción.

Hace mas una década se viene hablando de la construcción del Hospital Oncológico, el cual se dice se ha quedado chico y que el lugar actual no es el adecuado, sin embargo al remontarnos a la historia, el Hospital Ancón inicio su construcción en 1876 (siglo XVIII); inaugurado en 1882. Construido en el lugar más adecuado -escogido específicamente por las condiciones ambientales que permite a los pacientes más rápida recuperación- con su remodelación -en 1915- cambio de nombre a Hospital Gorgas.

El Instituto Oncológico Nacional (ION) no se ha quedado chico, le han usurpado los edificios contiguos -que albergaba el Hospital Gorgas-, en consecuencia hay que desalojar la Corte Suprema de Justicia y devolver los edificios al ION, igual las instalaciones que utilizan el Ministerio de Salud y otras.

Pretenden seguirnos engañando con el Hospital de la Salud, indicando que suplirá las necesidades de la población panameña, sin embargo olvidan el desplazamiento del paciente de este lado del puente, con mayor cantidad de personas y obviamente de enfermos, ello implica tiempo y dinero máxime si se va en situación de emergencia o dolores extremos, peor en horas poco.

Sigue así el negocio de la construcción. Esperamos que algo suceda pero no podemos seguir permitiendo construcción de estructuras que finalmente son abandonados o -a través de adendas- duplicar el precio de construcción, en beneficio de quienes se hacen del negocio. Dios te salve, Panamá.

Ciudadano humanista y patriota.