La semana pasada cerró con declaraciones de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos (EU), del presidente Mulino y del director ejecutivo de First Quantum Mineral (FQM), que inciden en Panamá.
En lo concerniente a Panamá, el presidente Mulino, rápidamente contestó a Trump indirectamente, diciendo que Panamá no cederá su soberanía ni “un metro cuadrado del Canal” a ninguna potencia. Bien por la categórica aclaración. Trump, insolentemente, posteó ipso facto, “eso lo veremos” añadiéndole a su mensaje una imagen del Canal con una bandera gringa enclavada en él.
Pero para enredar más a Panamá, aparecieron declaraciones del director ejecutivo de FQM, diciendo que pediría a Trump interceder para que Panamá permitiera reabrir la mina de Donoso.
Por el amarre que FQM anuncia, pretendiendo que Trump se inmiscuya en asuntos internos de Panamá, el presidente Mulino ha guardado silencio, dejando que corra una expectativa que debe cortarse de raíz, porque sería intromisión de un presidente extranjero en asuntos internos de Panamá. Tema definido por la Corte Suprema panameña, que declaró inconstitucional, por segunda vez, el contrato minero, además de que la Asamblea dictó ley que prohíbe minería metálica a cielo abierto. Es decir que FQM pretende que Trump presione a Panamá, por 2 decisiones, legítimamente tomadas por dos Órganos del Estado.
La situación se vuelve delicada por la pretendida intromisión extranjera, además de la “retoma del Canal”, ahora con la mina. Esto amerita declaración enérgica del presidente Mulino, advirtiendo, igual como hizo con la declaración amenazante de Trump sobre el Canal, que Panamá no está dispuesta a aceptar que los intereses de una potencia y una empresa minera menoscaben la soberanía panameña.
¿Estaré pidiendo “peras al olmo”? Retóricamente, Mulino abordó la aclaración a la insolencia de Trump, porque eso es “cajonero”. Los gringos toleran eso para que el presidente gane imagen con su pueblo como toleró a Omar Torrijos, su agente, cuando hacía desplantes nacionalistas.
Pero Mulino no va a regañar a FQM ni a Trump por algo que él y su grupo político aspiran a hacer: reabrir la mina para usarla como oportunidad de resolver problemas de contracción económica que se incrementan.
La conspiración va...