- jueves 25 de febrero de 2021 - 12:00 AM
Un comunicado no es sufriente para enmendar una injusticia
El filósofo romano Lucio Anneo Seneca decía que nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía.
Definitivamente, una frase actual y muy cierta, dirigida a funcionarios públicos como jueces y magistrados que guardan en sus gavetas casos o litigios que las personas han sometido a su conocimiento y consideración.
Como los que encontró el Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial, luego de una extensa auditoría realizada en el Juzgado Primero de Circuito Civil de Chiriquí.
Y es que en días pasados la Corte Suprema de Justicia, a través de sus redes sociales, dio a conocer dentro del marco de la transparencia un comunicado donde hace alusión a la mora judicial y hallazgos encontrados, los cuales se dan ante la ausencia de medidas reales encaminadas a mejorar la eficiencia del aparato judicial para resolver los conflictos jurídicos.
Ese comunicado no es suficiente, hay que tomar acciones concretas y ejemplares para que los hechos destapado en ese juzgado de la provincia de Chiriquí, no ocurran más.
Llegó el momento de tomar acciones ante esos descubrimientos irregulares administrativos causados por la mala gestión que se llevaba a cabo allí. Las medidas que se adopten deberán estar encaminadas no solo a limpiar la imagen de la Corte Suprema de Justicia sino también la de ese juzgado en particular, puesto que la percepción negativa que tienen los ciudadanos en general de esta función pública, no es infundada.
Es sumamente necesario que la sociedad panameña sienta confianza en que los fallos emitidos por esa instancia sean objetivos y expeditos porque los jueces son nombrados para aplicar la ley y no para beneficiarse de sus cargos.
No sorprende lo encontrado por nuestra máxima corporación de justicia en el Juzgado Primero de Circuito Civil de Chiriquí, ya que recientemente tuve conocimiento de un caso que se ventiló en ese juzgado, en donde fue un hecho notorio la justicia tardía, acompañada de falencias tanto en el proceso como en la gestión de los funcionarios, lo que, a mi juicio, no era nada más que favorecer a la contraparte.
La mora judicial encontrada en ese juzgado de la provincia chiricana tiene que ser saneada, así como el desmantelamiento de la red de corrupción que pudiera estar allí enquistada.
Corresponde ahora al Ministerio Público investigar a profundidad la denuncia presentada por la Suprema Corte, por lo que se debe estar atentos a las medidas que adopten las autoridades competentes para resolver este grave problema y estar más alerta para ponderar las consecuencias de las moras judiciales que son inexcusable, caiga quien caiga.
“Moralizar es mejorar y los antivalores deben ser repudiados pues desorientan y empujan al vició y al crimen” Dr. Justo Arosemena.
El autor es periodista