• miércoles 29 de mayo de 2024 - 8:08 AM

¿Cómo debe actuar un periodista en una tragedia? Miércoles en positivo

A pesar de los peligros me acerqué a la cabina de la nave siniestrada. Oí la voz apagada del capitán que pilotaba el SAN-100

Hace 16 años la paz y tranquilidad en un sector de Calidonia se vieron sacudidas por un estruendo. El ruido fue tan fuerte que algunos pensaron que un asteroide había caído.

El sonido se debió al golpe brutal de la cabina del helicóptero SAN-100 el cual sufrió desperfectos mecánicos y se cayó. Siempre me pregunto por qué me persiguen estos acontecimientos donde se mide la capacidad del ser humano socorrista y el profesional que tiene la misión de informar.

En la esquina, antes de llegar a lo que una vez fue la sede de RPC Radio y Televisión, se reunían algunos parroquianos a jugar dominó. Ese día, una de la tarde me encontraba en el lugar. Sentí un fuerte impacto que me llevó a imaginar que un cuerpo celeste había caído del cielo. Después de segundos de ese ruido fui invadido por una atmósfera caliente y con mucho olor a combustible. La mayoría salió corriendo, pero en ese instante recordé que mi profesión era la de periodista. En mi hombro derecho colgaba una mariconera donde yacían una grabadora y una cámara.

A pesar de los peligros me acerqué a la cabina de la nave siniestrada. Oí la voz apagada del capitán que pilotaba el SAN-100. ¿Cómo están los demás? Fue lo último que dijo. A su lado se encontraba el copiloto Hernando Carrasco, único sobreviviente de ese suceso. Por cuestiones de segundos pensé en aquello que llaman primicia y exclusiva. Me recordé de Javier Darío Restrepo, gran periodista colombiano, ya fallecido. En sus conferencias decía que uno no era médico, enfermero, ni socorrista. En este Miércoles en positivo desoí a ese gran maestro.

Guardé grabadora y cámara para convertirme en uno más del Sistema Nacional de Protección Civil. Después de apoyar en las labores de rescate tomé mi celular y llamé a la cabina de RPC Radio. En el aire estaba el programa La tarde espectacular con Didia Gallardo. Le dije que tenía una noticia de última hora. En ese momento me dejó con el audio de retorno y se fue al cambio y al micro noticiario de las dos de la tarde.

Por un momento pensé cerrar, pero pudo más la lealtad al medio que dio me la oportunidad de crecer. A pesar de los minutos transcurridos RPC Radio fue la primera emisora en dar a conocer el hecho. A mis estudiantes de Periodismo les digo que cuando estén ante a un suceso como este primero está el lado humano y luego viene el profesional. Frente al dolor lo primero que se tiene que hacer es ayudar...socorrer.

El año pasado escribí sobre el tema así: “¿Dónde me encontraba un día como hoy, pero de 2008? Por haber trabajado por más de diez años en RPC radio y televisión me hice de amigos por el sector de calle Q, en el corregimiento de Calidonia.

Desde la una de la tarde departía con ellos sobre aquellos recuerdos que cada uno aportaba a la mesa del diálogo. Creo que lo hacíamos cuando el reloj marcaba la una y media de la tarde. Mientras continuamos con las anécdotas que se dieron a lo interno de lo que un día fue el edificio Chesterfield todos escuchamos un ruido fuerte de algo que cayó del cielo.

En el Chesterfield operaban RPC radio y televisión. Segundos después un fogaje con olor a combustible inundó el lugar donde estábamos. Frente a ese escenario la mayoría salió huyendo. De mi hombro derecho colgaba una mariconera y en ella había una cámara y una grabadora. Por un momento pensé que se trataba de un meteorito que había caído. El olor a combustible me hizo recapacitar. En vez de huir como los demás me acerqué al teatro de los acontecimientos.

Todavía se me eriza la piel al observar varios cuerpos sin vida tendidos en el pavimento. A pocos metros solo vi la cabina de un helicóptero. Di unos pasos hacia ella. El capitán mostraba signos vitales, al igual que su copiloto. De la boca del capitán escuché una voz ahogada a manera de pregunta... ¿cómo están los demás? Arriba de uno de los almacenes se apreciaba parte del helicóptero. El capitán murió minutos después y solo sobrevivió el copiloto Hernando Carrasco. Muchos esperan que Carrasco narre lo que pasó, sin embargo parece que se lo tragó la tierra.

Allí, hice remembranzas del maestro colombiano del periodismo Javier Darío Restrepo. En alguna ocasión, cuando él vivía, le escuché decir que el comunicador no es un socorrista, médico o enfermero y que su trabajo es buscar la noticia y reportarla. Fueron segundos de mucha reflexión. Tenía en mis manos una gran primicia. Por unos momentos me traicionó la ambición de ejercer la profesión, sin embargo, algo me decía, muy a lo interno de mi conciencia, que primero debía cumplir con apoyar al prójimo.

Me olvidé de las lecciones de Restrepo y procedí con el deber de socorrista. Llamé a los estamentos de seguridad para dar el reporte. Me contestó la voz de un varón joven quien me aseguró que enviarían recursos humanos y técnicos de inmediato. Una vez llegaron los rescatistas y luego de haber cumplido la misión primaria de socorrer, procedí a llamar a RPC radio. En ese momento se transmitía la Tarde Espectacular que dirige la periodista Didia Gallardo. Me contestó con voz cortante debido a que era el momento del cambio y luego el micro noticiario de las dos de la tarde. Sé, y de eso estoy seguro, que si Didia Gallardo hubiera escuchado la magnitud de la noticia le hubiera dicho adiós al cambio y al micro.

¿Por qué llamé a RPC radio y esperé más de 8 minutos para dar la noticia? Las palabras lealtad y agradecimiento siempre están presentes en mi vida. Fue esa empresa periodística donde descollé. No sé qué dirán los seres humanos que seguían de cerca las transmisiones en la década del 80. Solo puedo asegurarles que siempre traté de ejercer un periodismo ético, responsable, equilibrado, justo, balanceado y objetivo.

¡RPC casi pierde la primicia! Por fortuna los otros medios de comunicación tardaron en llegar y la Tarde Espectacular fue la primera ventana mediática en informar al país y al mundo la caída del helicóptero San-100 ocurrida a la una de la tarde con 48 minutos del 29 de mayo de 2008. En ese aparato iba lo más granado de los carabineros de Chile. Estaba su jefe, la esposa y varios oficiales panameños y chilenos. ¿Qué causó el accidente? Dicen que una falla mecánica. Se dijo en su momento que era una nave de los tiempos de la segunda guerra mundial. También se dudó mucho del mantenimiento del aparato. Y para evitar más complicaciones el gobierno panameño llegó a un acuerdo monetario de varios millones de dólares.

Un cable de la agencia francesa de noticias destacaba en septiembre de 2008: “Panamá pagará 3 millones de dólares a Chile en concepto de “satisfacción diplomática” por el accidente aéreo de mayo de 2008 en que murieron policías chilenos, entre ellos el jefe de Carabineros, general José Bernales, informó este jueves el gobierno panameño.

Este desembolso se sumará a un pago anterior de casi 3 millones de dólares de “reparación económica” a los familiares de los 6 chilenos que murieron junto a 5 panameños al precipitarse un helicóptero del Servicio Aéreo Nacional sobre la capital panameña, el 29 de mayo de 2008.

“Hemos accedido a realizar el pago de una forma definitiva. Es de justicia con estas familias para que se ponga punto y final a esta situación del triste incidente”, dijo el ministro de Economía y Finanzas, Alberto Vallarino. La causa del accidente aéreo que dejó 11 muertos fue una falla humana sumada a un desperfecto en uno de los motores, según los informes oficiales.” ¿Y qué recuerda usted de ese accidente?

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