Se inicia un ciclo con nuevas oportunidades. Hay 365 nuevas oportunidades de vida, repletas de esperanzas y expectativas.
Si observamos a los bebés en el momento de comenzar a intentar caminar, vemos que se requiere un verdadero esfuerzo para adquirir el equilibrio que les permitirá poder dar sus primeros pasos. Esta etapa del desarrollo del niño no se produce de un día para otro: primero debe pararse con las plantas de los pies en el suelo y dejar poco a poco de andar en puntillas. Para eso se requiere la adquisición de destrezas.
No es lo mismo un infante recién nacido que un adulto experimentado que ya conoce qué hacer y cómo.
Aprender de nuestras experiencias es importante para prepararnos en lo posible según las expectativas que genera lo que está por venir.
Cuando estamos preparados, podemos pasar mejor los tiempos, podemos obtener nuevas respuestas o estrategias con las que enfrentar los inciertos hechos por venir y llevar mejor la vida. El ahorro nos ayuda en momentos de escasez, al igual que es importante contar con varias alternativas ante un imprevisto.
Enfrentar el porvenir con optimismo es beneficioso, pero debemos tener los pies en el piso y que no nos pase como al Loco del tarot. Esta figura presenta a una persona despreocupada que da unos pasos sin percatarse de que puede caer en un precipicio. No resulta beneficioso vivir de forma despreocupada y desordenada. Componer un plan de vida es importante, encontrar un propósito y conseguir metas lo son también. Pasar por este mundo de forma despistada nos impide experimentar momentos de realización personal.
Por eso es tan importante soñar, pero con propósito, y caminar con paso firme, como lo hace un adulto.