• viernes 08 de enero de 2016 - 12:00 AM

Colusión

Vale comparar que en Estados Unidos, con la última magistrada, tomó 6 meses el escrutinio para aprobarla

Para los que creían que ya no se podía descender más en la letrina en que se hunden los tres Órganos del Estado, el aquelarre de elección de magistrados y del presidente de la Corte Suprema de Justicia dejan claro que no han tocado fondo.

El lunes pasado, 4 de enero, los flamantes nuevos magistrados, Russo y Cedalise, en absoluto desprecio al pudor, se rebajan a votar por Ayú Prado, personaje que rompe el récord de ser percibido como mal funcionario. Pero para estirar más la insensatez, el Sr. Cedalise, en vez de mantener un poco de recato, postula al cuestionado Ayú Prado.

Pero, ¿quiénes son los agentes de la corrupción que mayoritariamente se percibe? ¿Serán los señores Russo y Cedalise? No. Estos señores son los últimos incorporados. ¿Cómo llegaron ellos a entrar en ese equipo selecto? Mediante la colusión. ¿Y qué es colusión? Es asociación de varios en pos de hacerle daño a terceros. ¿Y quiénes son esos varios? Los tres Órganos del Estado que dañan al pueblo.

Todo empezó con el cuento de 153 autopostulados considerados para magistrados. Una comisión de agentes del presidente Varela preselecciona a 10 y utilizan, sin respeto, al Pacto de Estado por la Justicia, que pierden su tiempo y sirvieron para ilusionar al pueblo, junto a Movin, que dificulta no pensar que actuaron a conciencia.

Continúa el show con el Ejecutivo y escogen a sus agentes: Russo y Cedalise. Se los mandan al Legislativo y en 10 horas son ratificados, por Credenciales y Pleno. Vale comparar que en Estados Unidos, con la última magistrada, tomó 6 meses el escrutinio para aprobarla.

Ya como magistrados posesionados, van a la Corte Suprema y cumplen su cínica tarea, junto a 3 magistrados más: elegir al cuestionado Ayú Prado.

Los 3 Órganos coludieron para perjudicar a este pueblo con más de lo mismo.

¿Qué queda ahora? Barrer a todos los coludidos. Esto se organiza, no se improvisa. La llamada sociedad civil y la membresía decente de los partidos secuestrados por camarillas corruptas tienen que organizarse para impulsar un proceso constituyente originario que barra con lo que ya no se puede tolerar: el cinismo corrupto de los detentadores del poder.

*Exprecandidato presidencial

 

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