Teniendo el problema canalero encendido, junto al de la crisis del Seguro Social, y con el tema minero a punto de hacer erupción, parecía que ya teníamos suficiente como para pasar insufribles noches de insomnio durante los próximos meses.
Es que recibí el video que recibí, de una conversa entre “expertos”, cuestionando la existencia de la Universidad de Panamá. La atención la acaparaba las expresiones extremistas de uno de los “panelistas”, mismo que sin sonrojo, proponía “la clausura definitiva” de la Universidad de Pueblo, para lo cual sólo necesitaría un par de días, sin importarle que tuviera que pisotear el orden jurídico.
Tengo que confesarles que quedé en “shock” ante semejante “ñamería”, y sólo deseé que ninguno tuviera acceso directo al oído del Presidente. Al menos me decía, esa propuesta demencial no termina incluye al Nido de Águilas, o al Abel Bravo de Colón.
Propuestas como esa, no surgen al azar. En plena pandemia frente al desabastecimiento de agua, a una dama encumbrada le resultó sensato mandar a “los pobres” a buscar agua. Las clases virtuales también generaron opiniones sensitivas, pues a “los rabis” resultaba inaceptable la equiparación de la educación privada a la pública.
Los votantes no han aprendido, que cada vez que venden el voto o les engañan, le han venido entregando el gobierno a persona comprometidas con los intereses de los poderosos, para quienes erradicar el hambre y la miseria, no son problema que les interese atender. Y en consecuencia, llevan años desmontando “a balazo” todo aquello que huela a “conquista social”, y que durante años les mejoró la vida de los panameños.
Y volviendo a la Universidad. Un “consejo no pedido” les brindo a aquel panelista anti-universitario: busquen la gloria levantando otra bandera, pues el avispero que alborotará, tendrá un impacto impredecible.
No dudamos que a la Universidad de Panamá le sobran problemas, muchos de ellos introducidos “desde afuera” por la politiquería. La Casa de Méndez Pereira no apareció en una tómbola, sino que es el fruto del esfuerzo de generaciones de nuestra intelectualidad comprometida en lograr que el conocimiento científico fuera el orientador imparcial de la Nación panameña.