- martes 10 de septiembre de 2013 - 12:00 AM
El cemento no se come
De todos los materiales de construcción, reconozco que el cemento es uno de los que cambió la humanidad, y por eso se mantiene en la posición 69 en el ranking mundial de inventos que cambiaron al mundo. Desde sus orígenes en la Antigua Roma, dio inicio a una revolución en la construcción de edificaciones que cambiaron desde ese entonces la faz del planeta. Por lo cual debemos tomar en cuenta y reconocer que este material ha cambiado nuestras vidas.
Hoy, el cemento se ha convertido en parte trascendental del desarrollo de la sociedad, pero el éxito de países de Primer Mundo proviene de que entendieron que el desarrollo social es una cosa y el desarrollo humano es otra; pero el desarrollo social es relativo, porque si no desarrollamos a los individuos, entonces no sabrán sacarle provecho a todos los programas sociales e inversiones titánicas en infraestructura para beneficio social, y será más bien un desperdicio de recursos que una alternativa para mejorar la calidad de vida del individuo.
Yo, consciente de esta realidad que ataca a nuestros pueblos, me atino a una de las frases del expresidente de Estados Unidos Ronald Reagan: ‘El Gobierno no soluciona problemas; los subsidia’. Pero en Panamá la miseria no solo se subsidia, sino que ahora en el último quinquenio se construye sobre ella y se llena de cemento la pobreza, vivimos en un permanente vaciado de concreto y no cualquier concreto que, por las megacoimas, es uno de los más caros del mundo.
Ahora bien, muchos panameños vivimos con la esperanza de que todo este concreto vaciado solucione los problemas, pues lamento desilusionarlos, después de fraguado el concreto lo que viene es la dura realidad de miles de panameños desempleados que, de por sí, por el alto de la vida causado por este fenómeno, hasta estando trabajando les es casi imposible desarrollarse humanamente, y esto es porque nos hemos convertido en una sociedad presa de la avaricia personal de los miembros del Gobierno, y por eso todo se va en cemento, porque es allí donde está el negocio. Pero el pueblo no come cemento, come arroz, poroto y carne, y de tanto concreto ya la comida ni el pobre ni el rico la puede comprar.
Por eso no vivimos en paz, porque hemos perdido nuestra libertad; estamos presos del alto costo de la comida. Pero esto no lo es todo, hay más problemas: no tenemos agua pura y permanente, tenemos una educación pésima y cada día es más notable la corrupción los crímenes y la violencia, y si estos problemas un Gobierno no los puede solucionar, entonces el problema es el Gobierno.
* SECRETARIO NACIONAL DE ORGANIZACIÓN DE LA JUVENTUD DEL PARTIDO POPULAR